«Un buen papel debe tener fallos, igual que los seres humanos»
El papel de un ex entrenador convicto de Mark Wahlberg en 'The Fighter' le ha valido una candidatura al Oscar como mejor secundario Christian Bale Actor
Actualizado:Christian Bale es uno de los actores más intensos de Hollywood, uno de esos tipos duros del cine que ha hecho de su trabajo una religión. Un obsesivo que disfruta siendo así y aceptando papeles de toda condición: un yupi asesino ('American Psycho'), un trabajador con segundas intenciones en ('The Prestige') o un superhéroe atormentado ('Batman').
La última entrega de su talento es 'The Fighter', la historia real de los hermanos boxeadores Ward (Mark Walhberg y Christian Bale). Bale se convierte en Dicky, un yonqui exconvicto que le ha dado una candidatura al Oscar como mejor actor secundario. Una película intensa, que se estrena mañana, y que ha conseguido siete nominaciones. Además de la de Bale, hay que sumar la de mejor película, director (David O. Russell), actriz de reparto (Amy Adams y Melissa Leo), edición y guion original.
-¿Qué siente ante la idea de ganar un Oscar por 'The Fighter'?
-Es algo maravilloso, muy halagador y me gusta escuchar que tengo posibilidades.
-Usted comenzó muy joven, con 'El imperio del Sol' y ahora puede lograr una estatuilla. Un camino no muy habitual entre los niños actores. O triunfan o acaban con sus vidas arruinadas.
-Es verdad. He visto los efectos que esta industria tiene en las familias de actores infantiles y yo tuve responsabilidades que no me gustaría que mi hija o mis sobrinas tuvieran. Si empiezas a ganar dinero a los trece años, te puedes perder. Te conviertes en la fuente de ingresos de la gente que te rodea. Yo no tuve problemas porque me gusta el trabajo, pero entiendo que sea un trauma para todos aquellos que no disfrutan con esta profesión y se ven obligados por otras circunstancias.
-Le tendrá que dar las gracias a Mark Wahlberg (además de actor es el productor). Ha dicho que le ofreció el papel en el colegio de su hija. Un poco raro, ¿no?
-Es verdad. Mi hija va al mismo colegio que los suyos. Un día se me acercó y empezamos a hablar. Después de un rato me dijo que tenía un guion con un papel para mí y si me interesaba leerlo. Le dije que sí y creo que tendré que agradecer toda mi vida a mi hija por esta película (risas).
-Para preparar el personaje, estuvo con el verdadero Dicky. ¿Cómo fue esa relación?
-Fue curioso porque parecía contento de que fuera yo quien le representase. Antes de rodar me llevó a todos los lugares donde había vivido, caminamos por las calles donde creció y me explicó que en su barrio era una leyenda. Entrené como él lo hacía e incluso me ayudó en la parte técnica con los movimientos de boxeo.
-¿Una ayuda fundamental?
-Sí, pero tampoco sé cómo creo mis personajes. Se van formando dentro de mí poco a poco. Los detalles dan sabor a una interpretación.
-Ha dicho que Dicky era una buena elección al igual que Batman ¿Qué es para usted un buen personaje?
-Es algo instintivo más que analítico. No se trata de tener una lista de cualidades que debo encontrar. Un buen papel deber tener algunas debilidades, fallos, igual que los seres humanos.
-¿Por este motivo lleva su cuerpo hasta el extremo?
-No sé si esto que yo hago puede ser considerado arte. Segundo, creo en la idea de exigirte tanto como puedas. ¿Por qué no? Lo único sobre lo que tengo control es mi interpretación. Yo no decido las secuencias que desaparecen de un filme, pero sí que intento dar lo mejor en cada escena.
-¿Y Batman?
-Empezamos el rodaje este año, creo. Chris (Nolan) considera que ha encontrado la historia adecuada para terminar la trilogía, así que espero que sea tan buena como las dos anteriores.
-¿Cuál es su válvula de escape?
-Desde que empecé a rodar Batman, me ha dado por conducir motocicletas de gran cilindrada. Tengo dos preferidas: una Honda CBR 600 y una AugustaF4. Pero solo monto en circuitos. Nunca he circulado por las calles.