Contagio en el mundo árabe
Actualizado:Tras algunas vacilaciones sobre el diagnóstico, se puede comprobar hoy que la revuelta popular en Túnez sí actuó, vía comunicaciones electrónicas, como catalizador de protestas populares en casi todo el mundo árabe con la excepción del Golfo. Hay matices según los países, pero desde el ejemplar caso egipcio hasta proyectos de protesta inmediata en otras latitudes se prueba la extensión del contagio. En Jordania el rey cesó al gobierno y pidió a un nuevo primer ministro que proceda a reformas políticas y económicas, en Yemen el presidente Alí Saleh, con 32 años en el poder, anunció que no se presentará más y llamó a la oposición a formar un gobierno de unidad nacional. En Argelia, donde hay huelgas sectoriales, se prepara una gran manifestación para la próxima semana y hasta en Siria, vía Facebook, se está convocando una protesta para mañana. La fiebre pro-democrática y liberal ha subido mucho en tres semanas en la región y el hecho como tal debe ser bien venido y apoyado. Los problemas que suscitará y la gestión política de los mismos será compleja y larga, pero, en todo caso, muy preferible al inmovilismo y la pobreza hoy vigentes.