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Interior de la Bolsa de Madrid. / Archivo
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La Bolsa cae el 1,36% arrastrada por la ACS y la banca

El Ibex pierde el nivel de los 10.900 puntos

EFE
MADRIDActualizado:

Los indicadores de renta variable optaron por los descensos. Quizá por el vértigo de que muchos grandes índices europeos hubieran superado niveles psicológicos importantes, aunque por la mínima: en Europa, el Eurostoxx 50, por encima de los 3.000 puntos; en España, el Ibex-35, por encima de los 11.000; y en Estados Unidos, el Dow Jones, sobre los 12.000 puntos. Además, pesa el difícil entorno sociopolítico, dado que la situación en Egipto se está agravando, como muestra el hecho de que el precio del barril de Brent, de referencia en Europa, volvió a registrar un nuevo tirón hasta superar los 103 dólares, aunque tras el discurso del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, volvió a los 101 dólares. Y mañana viernes, hay prevista una gran manifestación que terminará en el palacio presidencial. Y las protestas siguen expandiéndose por el mundo árabe: Yemen vivía su particular día de la furia.

Por lo demás, los datos macroeconómicos que se conocieron no fueron negativos. Incluso hubo alguna sorpresa positiva, procedente de Francfort, concretamente del presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet, cuyo discurso sobre la inflación fue menos agresivo de lo previsto. Trichet aseguró que continuará siguiendo muy de cerca la evolución de los precios, pero sigue pensando que, a medio plazo, la inflación cumplirá con su objetivo de mantenerse en el entorno del 2%. Y, lo más importante: afirmó que no existe el riesgo de que aumenten los precios por efectos de segunda ronda: lo que esto quiere decir es que no prevé que la subida de las materias primas, principal foco inflacionista en estos momentos, se traslade a los salarios y, de ahí, de nuevo a los precios.

Ni que se hubiera puesto de acuerdo Trichet con la canciller alemana, Angela Merkel, quien considera que los salarios no deben ya subir de acuerdo con la evolución del IPC, sino con la de la productividad. La batalla anti-inflacionista de Merkel ahora se fija en los salarios, y no en los tipos de interés. De ahí que el mercado interpretara que la subida de tipos de interés está hoy más lejos que ayer. El interés de los bonos alemanes recogió este efecto de manera inmediata, bajando hasta el 3,21%. También cayó la rentabilidad de los futuros sobre el euribor, lo que indica que los inversores ven menos probabilidades de que los tipos suban. Y, en el mercado de divisas, el euro bajó con fuerza en su tipo de cambio contra el dólar: al cierre de la sesión europea retrocedía un 1,17%, hasta 1,3648 dólares por euro, tras haber superado el nivel de 1,38.

Trichet también puede pensar que no habrá efectos de subidas de precios de segunda ronda por las "flacas" ventas minoristas que presenta la zona euro: en diciembre, cayeron un 0,9% en tasa interanual, cuando los analistas esperaban un incremento del 0,2%. El otro dato relevante de la zona euro fue el índice de gestores de compras del sector servicios, que fue mejor de lo esperado por los analistas.

En el capítulo de la deuda soberana, España se enfrentó a un nuevo test de solvencia, y como viene siendo habitual en las últimas sesiones, de nuevo, volvió a salir ganadora. El Tesoro captó 3.500 millones de euros en bonos a tres y cinco años a un interés inferior al que cotizaban en el mercado secundario. Con todo, la prima de riesgo del diez años se amplió hasta acercarse de nuevo a los dos puntos porcentuales. En general, las primas de riesgo del conjunto de los países de la zona euro se ampliaron. ¿Por las incertidumbres respecto a que finalmente haya acuerdo en Europa para reformar el plan de rescate? Parece que afloraron algunas discrepancias.

En el capítulo de resultados, en Europa, conocimos los de Deutsche Bank. Y parece que al mercado le gustaron, porque sus títulos avanzaron un 1,53%. La aseguradora alemana Munich Re, mientras, sufría ligeras pérdidas tras hacer públicas sus cuentas. También Unilever.

Banco Santander presenta sus cuentas

En España, el Santander fue el que presentó sus cuentas. Y su acogida no fue explosiva, ni a favor ni en contra. Al cierre, cedía un 1,68%, hasta los 8,99 euros, pese a haber cumplido expectativas. El resto del sector cayó más que la entidad que preside Emilio Botín. El que más bajó fue su principal competidor, BBVA, que sufrió un retroceso del 2,87%. Sabadell y Popular (este último presenta sus cuentas hoy) también cedieron más de dos puntos porcentuales. El primero emitió cédulas hipotecarias por valor de 1.200 millones de euros. Por último, Bankinter cayó un 1,78%. En general, el sector financiero europeo se comportó bastante mal.

Así, el peor valor del Eurostoxx 50 fue Société Générale, que retrocedió casi un 3%, seguido por el italiano Intesa SanPaolo, que retrocedió un 2,94%. Unicredito y BNP Paribas también se situaron entre los peores del indicador paneuropeo. El sector que peor se comportó fue el constructor, con ACS a la cabeza, que sufrió un recorte del 9,55%, hasta los 33,78 euros, después de que Alba anunciara la venta de su participación con un importante descuento del 9%. De hecho, la operación se ejecutó a 34 euros, por lo que el precio ya se ha ajustado. A continuación, FCC y Acciona, que retrocedieron un 4,19% y un 3,76%, respectivamente.

Sólo media docena de valores se salvó de las pérdidas: Amadeus, que se apuntó un 2,35%, hasta los 15,70 euros. A continuación Ferrovial, la única constructora que se salvó de los descensos, al apuntarse un 1,85%. BME y Grifols también ganaron más de un punto porcentual. Ebro, por su parte, avanzó un 0,10%. Abertis cerró la sesión en tablas. El mejor valor del mercado español fue Quabit, que se apuntó un 10,28%. Pero ya no hubo exuberancia inmobiliaria. Entre los mejores, también Montebalito, pero ya sólo con subidas de casi cuatro puntos porcentuales. De hecho, hubo recogida de beneficios en Metrovacesa, San José o Reyal Urbis. Renta 4, que presentó sus resultados de 2010, cerró la jornada con una revalorización del 0,20%.

En Estados Unidos, las referencias fueron positivas, empezando por la productividad no agrícola, que subió un 2,6% en el cuarto trimestre, seis décimas más de lo esperado. Por otro lado, el número de solicitudes de subsidios por desempleo alcanzó las 415.000, por debajo de las estimaciones de los analistas, mientras que el índice de actividad del sector servicios también mejoró más de lo previsto, al mayor ritmo desde el año 2005. Y tanto los pedidos de fábrica como las ventas de las cadenas minoristas mostraron un comportamiento muy positivo. Con todo y con eso, los indicadores de renta variable americanos optaban por la recogida de beneficios también. La empresa más relevante que presentó resultados fue la farmacéutica Merck, que superó expectativas, aunque en el indicador industrial americano, sus títulos eran los que más caían.