El Barça no se relaja en la vuelta y le endosa otro 8-0 global al Almería

El Barça disputará el próximo 20 de abril la final de la Copa del Rey por segunda vez en la 'era Guardiola' y 34ª en su historia, en la que ya acumula 25 títulos. Nadie dudaba de que el 5-0 de la ida era definitivo, pero por si había alguna duda el equipo azulgrana se impuso 0-3 con los suplentes para un global de 8-0, 16-0 contando el 0-8 liguero.

Aunque Pep Guardiola se llevó a toda la plantilla a Almería, incluso a los lesionados Puyol, Iniesta y Jeffren, al final se impuso la lógica y la mayoría de los titulares se repartieron entre el banquillo y la grada. De los indiscutibles, sólo Alves y Busquets estuvieron en el once inicial. Y el de Badia del Vallès, reciclado como central.

Eso sí, el Barça jugó mucho más concentrado que en su visita al Betis. Pese a contar incluso con dos canteranos como Thiago y Nolito de salida, el equipo azulgrana arrancó de forma muy seria, con poco brillo, pero con la actitud más correcta. Afellay, jugando de falso '9' en la posición de Messi, ofreció los mejores detalles en la primera parte y suyos fueron los dos remates del Barça en la primera media hora, aunque llevaron poco peligro.

El holandés estuvo bien secundado por la movilidad de Bojan y Nolito en las bandas. Sin embargo, el Barça no tocó el balón en el centro del campo con velocidad, perdió la posesión más de lo habitual y permitió al Almería crear algunas ocasiones. La oportunidad más clara fue la del debutante Feghouli.

La respuesta del Barça fue mucho más certera. Adriano, ayer lateral zurdo, combinó con Nolito en el minuto 34, puso la directa hacia la portería del Almería dejando atrás a Pellerano con un recorte y batió a Esteban con un remate cruzado con la zurda. Con el 0-1 y una inesperada preocupación para Guardiola se llegó al descanso. La inquietud la provocó una rigurosa tarjeta amarilla que vio Busquets. Si veía otra se perdía la final y el técnico le sustituyó por Piqué en el inicio de la segunda parte.

En la reanudación Bojan pasó a jugar de ariete, como a él le gusta, y Afellay se posicionó en la banda derecha. Volvieron a ser los jugadores más incisivos, los que empujaron a su equipo a buscar un 0-2 que, sin embargo, tuvo un autor inesperado. Thiago, llegando desde atrás, conectó un cabezazo perfecto. El Almería pareció contentarse con no encajar una goleada de escándalo. Pero no contaba con la ambición de un gran Afellay, que logró un extraordinario 0-3 con un disparo cruzado y preciso y que no logró el 0-4 porque le faltaron un par de centímetros para ajustar la rosca con la que culminó.