Esperado acuerdo
A la reforma de las pensiones deben seguir cambios en lo laboral, industrial y energético
Actualizado: GuardarEl Acuerdo Social y Económico, que hoy suscribirá el Gobierno con CC OO, UGT, CEOE y CEPYME en un acto que relanzará dicho logro, constata la sintonía existente entre las partes a la hora de garantizar la sostenibilidad del sistema de pensiones a largo plazo y recoge tanto criterios básicos como simples manifestaciones de voluntad respecto a capítulos tan determinantes como las políticas activas de empleo, la estrategia industrial y energética o la reforma de la negociación colectiva. La vaguedad de buena parte del documento acordado no puede restar valor al hecho mismo de un pacto que anunciaría la reactivación del diálogo social. Pero obliga a sus protagonistas a reconocer que, visto su contenido, resulta inexplicable que no lo hubiesen suscrito mucho antes. La fotografía de hoy no debería dejar en segundo plano la necesidad de que el diálogo social mejore en 'productividad' como su mayor aportación para que la economía española sea más competitiva. Establecido con suficiente claridad el horizonte hacia el que se orienta la revisión del sistema de pensiones, es imprescindible que las centrales sindicales y las organizaciones empresariales aceleren el paso para definir a la mayor brevedad los cambios que precisa la negociación colectiva, adecuándola a las condiciones reales de la economía y de cada empresa. Del mismo modo, mencionar la implantación de un «itinerario individual y personalizado de empleo», a materializar nada menos que en un Acuerdo Personal de Empleo con la persona en paro, requeriría una transformación tal de los servicios públicos que precisa un plan de medios humanos y materiales a concertar entre el Ejecutivo central y las comunidades autónomas. La única medida de aplicación inmediata que consigna el Acuerdo Social y Económico (ASE) es el «programa excepcional de empleo» que, con vigencia durante un año desde el momento en que el acuerdo entre en vigor, va dirigido a jóvenes y a desempleados de larga duración. El ASE brinda credibilidad a la economía española en el momento en que nuestra prima de riesgo ha logrado bajar de los 200 puntos. Pero se convertiría en fuente de decepciones si la reforma a largo plazo del sistema de pensiones no se ve acompañada de novedades inmediatas y operativas en el terreno laboral, industrial y energético.