Ellos saben y pueden
Actualizado:Pongamos que sea verdad eso de que esta nuestra es la sociedad de la información. Demos por cierto que las tecnologías de la información y la comunicación han democratizado el acceso a esa información, como se dice. Y admitamos, además, que la información es poder. ¿Qué ocurre entonces que nadie parece saber nada sobre lo que está pasando? ¿Qué pasa con el poder cuando lo único que se nos permite hacer en estas circunstancias es obedecer? Algo no me cuadra, seguramente porque me falta información. Tal vez porque vivo en otro planeta, en otra sociedad que no es esta de la información. Aquí en la Tierra, el exministro Jesús Caldera asegura en un artículo de prensa de hace unos días que «los trabajadores tienen todos los riesgos vitales cubiertos».
En mi planeta circula estos días un libro de Ulrich Beck publicado en el año 2000. Su título es 'Un nuevo mundo feliz', y en él este sociólogo conocido también aquí en la Tierra, analiza la marea (el tsunami) de la precariedad del trabajo en la era de la globalización, afirmando lo contrario de lo que dice Caldera. ¿Quién tendrá información de la buena, Jesús Caldera o Ulrich Beck? Este último dibuja una realidad futura inquietante: «En muy pocos años, tan solo uno de cada dos trabajadores tendrá un puesto de trabajo fijo a tiempo completo; la otra mitad deberá arreglárselas batallando con las más precarias condiciones laborales». Pero estas apreciaciones son de hace diez años, mucho antes de la crisis: hoy la realidad real no es ya inquietante, sino aterradora.
La verdad es que dudo de si quienes deberían saber saben lo suficiente o si están disimulando eso que decíamos al principio: que nadie sabe nada. Pero si incluso quienes deberían tener información (y poder por tanto) parecen no saber ni poder, ¿dónde está hoy la información, dónde el poder, quiénes acaparan una cosa y otra? El vicepresidente de la CE, Joaquín Almunia, daba ayer una pista cuando fue preguntado por el lío de las Cajas de Ahorros: «Las autoridades españolas saben muy bien lo que tienen que hacer y lo están haciendo». Me tranquilizo: ellos saben y pueden.
Pero no sé entonces por qué va todo como va. Debe ser que predomina una información que desinforma, y que el poder lo tienen quienes dominan a los que ni saben ni pueden. Comprendo que el exministro Caldera no pueda (ya sabemos quienes pueden), pero saber debe saber la verdad. y decirla.