Aznar culpa a la «sobrecarga» del gasto autonómico del freno a la recuperación
Afirma que España no puede competir en el mundo «con 17 comunidades que aspiran a convertirse en mini estados»
MADRID.Actualizado:José María Aznar otea el horizonte autonómico con preocupación, aunque sin el sesgo catastrofista que imprimió a su discurso en un acto del PP en León hace tres semanas. El expresidente de los populares renegó ayer en Madrid de los que optan por políticas de «vuelo corto» para hacer frente a lo que considera una degeneración del Estado de las Autonomías que emanó de la Constitución de 1978. Aznar recordó con énfasis que no es un enemigo del actual modelo y evocó, incluso, que bajo su mandato se culminaron las transferencias de las competencias en Sanidad y Educación. «Las comunidades autónomas no son un problema, pero tienen un problema que es necesario resolver», acotó.
Una contrariedad que situó lejos del ámbito local o regional, en concreto, lo calificó de tema «inaplazable de política europea de primera magnitud». Es más, en su opinión, la «sobrecarga» de gasto público frena la recuperación de la economía y pone al país en un brete de tal magnitud que hace peligrar, incluso, su pertenencia a los países de la zona euro. «España no puede competir ni en Europa ni en el mundo con 17 comunidades autónomas aspirando a convertirse en 17 mini estados», remachó Aznar.
Puso como ejemplo de país que va en la buena línea, a Alemania, que se trata de una nación con estructura federal. «Con estados federados, por cierto, con menos competencias que nuestras comunidades autónomas». A juicio de Aznar, España, como hizo en su día Alemania, debe llegar a la conclusión de que «el funcionamiento defectuoso» de su modelo territorial bloquea la adopción de las reformas necesarias para la modernización del país.
Aznar hizo estas consideraciones durante la presentación del informe de un informe de FAES -fundación que él preside- en el que se dan las claves para mantener un Estado autonómico «racional y viable». Sus autores, Julio Gómez-Pomar, Mario Garcés y Gabriel Elorriaga, proponen una poda considerable de la administración autonómica y el punto final al traspaso de competencias. Eso sí, sin tocar las actuales, es decir que no contempla la recuperación para el Estado de ninguna de las transferencias ya realizada como algunos dirigentes del PP apuntaron en algunos momentos.
Durante la presentación del informe, en la que participó María Dolores de Cospedal y el candidato del PP a la Alcaldía de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, Aznar reiteró la necesidad de recuperar la legislación que impide endeudarse a los gobiernos territoriales. Esta y otras decisiones de calado deberían adoptarse mediante «fórmulas de amplio consenso político», es decir, mediante un pacto entre PP y PSOE. Eso sí, previo «paso por las urnas». O lo que es lo mismo, bajo un Gobierno de Mariano Rajoy y con los socialistas en la oposición.
Nacionalismo separatista
Aznar, aunque sin nombrarlo de forma explícita, culpó a José Luis Rodríguez Zapatero de «seguir patrocinando» un juego «destructivo» de suma negativa entre el Estado y las comunidades autónomas «que debilita a todos». Situó en este «repertorio de despropósitos» a los que trabajan a favor de un Estado residual. «Unos porque consideran que ese Estado residual es el único deseable y otros porque creen que es el único posible», agregó.
A lo que no está dispuesto el presidente de FAES es a recibir lecciones de autonomismo de partidos de la órbita del «nacionalismo independentista» o de la izquierda. Acusó a todos ellos de «buscar el desbordamiento de la Constitución para imponer por la puerta de atrás una fórmula confederal en España».
Aznar situó, frente a este diagnóstico, la necesidad de apostar por un Estado que encuentre su fundamento en la nación como sujeto soberano y en la Carta Magna como única fuente de legitimidad de sus poderes.
FAES considera que ya no es tiempo de 'café para todos'. Una fórmula que sirvió en el pasado, pero que ahora, a juicio de Aznar, aboca a España a seguir mostrándose como un territorio «fragmentado, inseguro y escasamente previsible». Un Estado de las Autonomías lineal asume la tentación de convertir la diversidad territorial de España «en un viaje a ninguna parte impulsad por la obsesión de ser igual de diferentes». Un hecho que tildó de «ambición tan extravagante como paradójica».
Gabriel Elorriaga, uno de los autores del informe, incidió en que alguno de los problemas más visibles puede ser abordado con rapidez mediante los acuerdos políticos y las reformas legislativas adecuadas es «garantizar la estabilidad presupuestaria de todas las Administraciones y la unidad de mercado». Una de las carencias del modelo es, a su entender, que ningún país con niveles de descentralización próximos al nuestro cuenta con un marco constitucional tan laxo e impreciso. «En la actualidad parece mucho más sencillo, claro y seguro llevar a la Constitución el sistema de delimitación de responsabilidades, evitando así las duplicidades y reduciendo los conflictos», apostilló.
Lo que no clarificó ni Aznar ni Cospedal fue cuáles de los postulados del informe de FAES sobre el modelo territorial incluirá el PP en su programa electoral. La secretaria general del partido se limitó a recomendar la lectura de este informe, aunque admitió que hay opiniones que «gustarán más o menos».