Decenas de manifestantes se encaraman a uno de los blindados que ayer tomaron las calles del centro de El Cairo. :: AP
MUNDO

La llave está en manos del Ejército

Las Fuerzas Armadas egipcias son muy leales a Mubarak, por lo que no se espera que sigan el ejemplo tunecino

RABAT. Actualizado: Guardar
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El Ejército tiene la llave de Egipto. De su actuación dependerá en gran medida el éxito de las manifestaciones antigubernamentales que están arrasando el país del Nilo y que han conseguido desbordar a las mastodónticas fuerzas policiales egipcias. Un millón y medio de policías no han sido suficientes para controlar a los manifestantes y todas las miradas se concentran ahora en el Ejército que, por el momento, no parece que vaya a seguir el ejemplo tunecino.

Cuando el general Rachid Ammar se negó a seguir las órdenes de Ben Alí para que utilizara fuego vivo contra los manifestantes, el destino de Túnez cambió radicalmente. Sin el apoyo del Ejército, el dictador tenía pocas opciones. Eligió Yeda, en Arabia Saudí, adonde los egipcios quieren ahora mandar a Hosni Mubarak.

Sin embargo, la relación del 'faraón' con las Fuerzas Armadas egipcias es muy diferente. «El jefe del Ejército, Mohamed Hussein Tantawi, es muy leal al presidente», reconoce el prestigioso ensayista egipcio Fahmi Huwaidi. Si los militares recibieran órdenes directas de usar la violencia contra los manifestantes, «es muy posible que no las rechazaran», opina el analista, quien considera, no obstante, que «en estos momentos no hay nada seguro y todavía hay que esperar a ver cómo se desarrollan los acontecimientos, aunque dudo mucho de que el Ejército repita la experiencia tunecina».

El mariscal de campo Tantawi es también ministro de Defensa y uno de los más fieles al régimen. Hosni Mubarak, militar de carrera y que fue jefe de la Fuerza Aérea egipcia, tiene un gran apoyo -y control- del estamento militar. Sin embargo, no ocurre lo mismo con su hijo y posible sucesor, Gamal. Hombre que procede del mundo de las finanzas y sin experiencia militar, no goza de popularidad entre el aparato de seguridad. Con el caos que se vive en estos momentos en Egipto es muy difícil hacer predicciones, pero «si de aquí a las elecciones presidenciales le sucediera algo a Mubarak, el Ejército no apoyaría a Gamal», asegura Huwaidi.

Ayuda de EE UU

El Ejército egipcio, uno de los más grandes del mundo, recibe de Washington una ayuda militar de más de 540 millones de euros anuales, una «compensación intocable», según desvelaron los cables de Wikileaks, para mantener la paz con Israel. Junto a Jordania, Egipto es uno de los dos únicos países árabes que ha firmado un acuerdo de paz con el Estado hebreo, y las relaciones militares entre ambos vecinos son fluidas. Ayer, muchos manifestantes celebraron el despliegue del Ejército, que goza de muchísima más popularidad que la Policía. Quizás recordando el papel de las Fuerzas Armadas en la revolución tunecina, los manifestantes aplaudían ayer al paso de los tanques, y algunos soldados agitaban banderitas y saludaban desde los carros blindados.

Sin embargo, aún no está claro cuál va a ser su actuación, si intentarán reprimir las protestas con violencia, como están haciendo los antidisturbios, o si servirán solo de barrera para contener la furia de ambas parte. «El futuro ahora mismo está en sus manos. Ellos son la clave de lo que será Egipto mañana», asegura Huwaidi.