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La veterana actriz recala en la provincia con un texto dramático de Shakespeare. :: L. V.
TEATRO

«Shakespeare es como Dios, conoce todos los recovecos del alma humana»

La actriz lleva a escena el texto del dramaturgo inglés 'La violación de Lucrecia', que llega mañana al Teatro Pedro Muñoz SecaNuria Espert Actriz

ANA LEÑADOR alenador@lavozdigital.es
CÁDIZ.Actualizado:

El ultraje que en el siglo VI a. C. sufriera Lucrecia fue el detonante de la caída de la monarquía en Roma y la proclamación de la República. Este cruento episodio es rescatado por la gran dama del teatro español, Nuria Espert, en su última obra, dirigida por Miguel del Arco, que vio en el texto de Shakespeare similitudes con el cine de Tarantino. Un ritmo trepidante y una fuerte tensión emocional protagonizan este monólogo magistral que mañana llega al escenario del Teatro Municipal Pedro Muñoz Seca. La intérprete catalana, que atesora dos centenares de premios a su carrera, desgrana algunas claves de la obra y confiesa su pasión por la tragedia clásica.

-Interpreta varios personajes y hace de narradora en esta obra de gran tensión emocional. ¿Cómo logra desconectar tras una experiencia así cuando baja del escenario?

-Como narradora empiezo fría pero poco a poco voy comprendiendo el interior de los personajes y voy metiéndome en la desesperación que contiene esta obra, un maratón para mí. Lo hago de forma natural, pero después de la euforia que se experimenta al terminar de actuar, me quedo a solas y voy bajando y relajándome para poder descansar. Suelo tumbarme, pongo la televisión o algo de música, pero lo que no puedo hacer es ponerme a leer.

-Lleva mucho tiempo queriendo llevar a escena este poema dramático de Shakespeare. ¿Qué le sedujo más del texto?

-Lo conozco desde que tenía 25 años. Lo leí años más tarde y después de 'La casa de Bernarda Alba' decidí que era lo que quería hacer, una verdadera obra de teatro, e interpretar todos los personajes. Al final ha salido una cosa bellísima.

-¿Cuál era el mayor riesgo?

-Que no se creyeran los personajes que interpretaba, el violador, la violada, su esposo, un patricio romano que cierra la obra... que el público no se metiera en la pieza y la sintiera como lo que es, una tragedia de gran belleza. Pero ha tenido muy buena acogida.

-Lucrecia no es capaz de sobrellevar su deshonor...

-Ahora lo llamamos vergüenza, pero hay tantas mujeres en su situación que no se rehacen jamás.

-Es muy atrevido hacer un monólogo como éste, ¿hay que tener mucha experiencia?

-Tiene mucha dificultad, también para el director y el traductor. No hay que llegar al final de tu carrera para interpretarlo pero hay que ser muy capaz.

-¿Qué le atrae más de las tragedias clásicas?

-Su fuerza, su veracidad y su modernidad.

-El director comparó el texto con un guion de Tarantino.

-Sí, eso fue decisivo para que confiara en él. Yo tuve la misma sensación. Es un texto trepidante, con mucha energía.

-Dicen que siempre ha tenido gran olfato para los directores.

-Sí, me ha dirigido gente fabulosa. En eso, he acertado bastante.

-¿Qué es lo más difícil a la hora de adaptar a Skakespeare?

-Tratar de estar a su altura, y no hacer el ridículo. Es un monstruo, el padre de la cultura occidental. Sus textos están llenos de sabiduría, la que hemos tardado en asumir doscientos años. María Aurelia Camani dijo que Shakespeare lo había dicho ya absolutamente todo. Es como Dios, que conoce todos los recovecos del alma humana.

-Leyó su obra de joven y de nuevo hace unos años, ¿llegó a entenderla mejor?

-Los años te hacen sabio y te ayudan a ver más cosas, sobre todo, a entender las contradicciones de los seres humanos.

-Después de representar una obra así, ¿a qué puede enfrentarse ahora?

-Nada, ahora me toca un largo descanso. Esta obra exige mucho, son más de cien representaciones. No tengo ni idea de qué haré después...

La buena salud del teatro

-¿Tiene una cuenta pendiente con alguna obra o algún actor en particular?

-Hay muchos actores maravillosos con los que aún no he trabajado y muchas obras que no he llevado a escena... Este es un buen momento para el teatro. Hay compañías como Animalario que son el futuro y hacen cosas con mucho tino, llenas de pasión.

-¿También desde el punto de vista del público?

-Ha habido una reacción muy positiva hacia el teatro. Todos los espacios están abarrotados y todos prorrogamos nuestros montajes...

-¿Quizá sea porque el teatro nunca se podrá piratear?

-Es una de las razones que se piensan pero habrá muchas.

-¿Comedia o drama?

-Me gusta más el repertorio universal dramático. Es lo que perdura.

-Aun así, dice que tiene mucho sentido del humor. ¿Qué le hace reír?

-Nuria Espert, el personaje que se queda solo en casa al llegar del teatro.

-Atesora muchos premios pero aún no tiene un Max. ¿Le importan mucho los galardones?

-Los adoro, tengo cerca de doscientos. Me dan mucha confianza. Ojalá tuviera más. Me parece que un premio es un certificado de haber conectado con el público. Todos los he mandado al Museo del Teatro de Almagro tras cambiarme de casa, pero aún guardo medio centenar.

-¿Qué hace cuando está fuera de los escenarios?

-Leo, voy al cine, quedo con mis amigos. La última película que me ha gustado es 'El concierto', me encanta el cine de calidad.