El experiodista Jay Carney, nuevo portavoz de Obama

El nuevo portavoz de la Casa Blanca será Jay Carney, en sustitución de Robert Gibbs, que abandona el puesto para convertirse en asesor externo, ha anunciado el jefe de Gabinete, Bill Daley.

En un correo electrónico enviado a los funcionarios de la Casa Blanca, Daley indica que Carney, actualmente portavoz del vicepresidente de EEUU, Joe Biden, será "asesor del presidente y secretario de Prensa". Carney, un veterano periodista, era portavoz de Biden desde la llegada del actual Gobierno al poder, hace dos años. Se le atribuye, entre otros méritos, el haber conseguido que el vicepresidente, famoso por hablar demasiado o confundirse en sus intervenciones en público, se haya convertido en un ejemplo de discreción.

Gibbs había anunciado el 5 de enero su marcha como portavoz presidencial para convertirse en asesor externo del presidente Barack Obama y comenzar a preparar la campaña para la reelección del mandatario del año próximo. El relevo se efectuará en las próximas semanas, según indica el propio Gibbs.

Carney fue seleccionado entre una serie de finalistas que incluyeron a los actuales portavoces adjuntos de la Casa Blanca, Bill Burton y Joshua Earnest, y la subdirectora de Comunicaciones, Jen Psaki. Antes de ser portavoz de Biden, Carney, casado con la también periodista Claire Shipman, de la cadena de televisión ABC, era el delegado en Washington de la revista Time, para la que también fue corresponsal ante la CasaBlanca. Ha sido también corresponsal en Moscú.

Aportar mayor claridad

Además del nombramiento del nuevo portavoz, el jefe de Gabinete de la Casa Blanca ha indicado que Nancy Ann de Parle y Alyssa Mastromonaco, hasta ahora responsable de la agenda de Obama, pasarán a ser jefas adjuntas de Gabinete. Al anunciar los nombramientos, Daley ha afirmado que "estas decisiones aportarán mayor claridad a nuestra estructura y nuestros cometidos y mejorará nuestra colaboración y cooperación".

Con el nombramiento del nuevo portavoz, la Casa Blanca quiere dar un nuevo aire a su departamento de Prensa, de cara a una segunda mitad de mandato en la que Obama buscará su reelección e intenta presentar una imagen más centrista y colaboradora con la oposición republicana, que ahora controla la Cámara de Representantes.

Al tiempo que Gibbs era el portavoz de la Casa Blanca, también era uno de los asesores más cercanos a Obama, lo que en ocasiones hizo que proyectara ante la prensa un mensaje considerado demasiado partidista. A su llegada a la Casa Blanca, por contra, Carney ha asegurado que no tenía intención de hacer de su cargo un puesto partidista. "Es un Gobierno demócrata. Evidentemente, estamos en ese lado político pero no veo mi cargo como un trabajo partidista en absoluto", delcaró entonces.

Al anunciar su marcha, Gibbs había declarado que el cambio se debe sobre todo a "un ciclo natural" de fatiga entre los funcionarios tras dos intensos años en el Gobierno y a la adaptación a nuevas realidades después de que los republicanos se hayan hecho con la Cámara de Representantes. "Los próximos dos años van a ser muy diferentes a los primeros dos -ha explicado Gibbs-. El presidente Barack Obama siempre se planteó la primera mitad como un periodo intenso de legislación, y la segunda mitad como un periodo para poner esa legislación en práctica e impulsar la recuperación económica".