Economia

LO PREVISTO

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Lo previsto. El Gobierno logró imponer su cifra fetiche y los sindicatos lograron incluir un buen número de restricciones. Por si tiene prisa, les adelanto mi conclusión. El acuerdo alcanzado mejora la situación actual, pero no es seguro que la arregle. Ya saben que la política es el arte de lo posible, y lo posible no siempre incluye lo deseable. Si recuerdan, en el principio de la historia se trataba de enderezar el rumbo financiero de un sistema que amenazaba con el colapso, a largo plazo. Como el sistema de pensiones se basa en los ingresos generados por las cotizaciones y en los gastos provocados por las prestaciones, y como la capacidad de mejorar las cosas a través de la gestión es muy escasa, la solución solo puede venir por el aumento de los primeros o la reducciónde los segundos.

La posibilidad de actuar sobre el aumento de los ingresos es limitada y siempre indirecta. Depende más de la evolución de la economía ya que, si se suben las cotizaciones por decreto, se perjudica al empleo y, en consecuencia, a los ingresos futuros. Por eso toda la actuación del Gobierno se ha centrado en la otra posibilidad; la reducción de los gastos. Aquí, el problema radica en que rebajar el nominal de la pensión tiene muy mala prensa, provoca la ira de los afectados y su desafección electoral -son un colectivo de más de ocho millones de votantes-, así que todos los esfuerzos se centran en endurecer las condiciones de cobro de las prestaciones. Es lo que se ha hecho.

Pero ¿se ha hecho en la medida necesaria? Eso el tiempo lo dirá, e insisto en que el equilibrio futuro y general del sistema dependerá en gran medida de los ingresos que se generen. Pero, así en principio, a mí me parece que el endurecimiento de las condiciones no ha sido muy terrible. La edad de jubilación se retrasa a los 67, pero bastará haber cotizado durante 38,5 años para hacerlo antes, a los 65. Hagan una mera resta y comprobarán que, si empiezan a trabajar a los 26,5 años podrán seguir jubilándose a los 65 como sucede ahora. Los 26,5 años no es una edad exagerada para empezar a trabajar, pues permite finalizar los estudios más extensos e, incluso, hacer un posgrado. Lo que sí se logrará es dilatar la 'edad real' de la jubilación, que ahora no alcanza a los 63 años. Algo que resulta del todo conveniente. En resumen, una buena noticia, que no tendrá problemas para ser validada por el Congreso y será bien aceptada por los empresarios, pero que. podría haber sido mejor. Por cierto, vaya puntería la de los sindicatos nacionalistas vascos, gallegos y catalanes al hacer la huelga en contra de la reforma de las pensiones justo el día en que todos los demás se ponen de acuerdo en hacerla. ¡Vaya puntería!