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Obama, durante su discurso del estado de la Nación ante las dos cámaras del Congreso. :: EFE
MUNDO

Obama reivindica el liderazgo de EE UU

Invoca al espíritu del 'Yes, we can' en un discurso en el que apeló al valor de la Educación

MERCEDES GALLEGO CORRESPONSAL
NUEVA YORK.Actualizado:

Fue un discurso de esos en los que Barack Obama logró «apelar a nuestros mejores ángeles», como patentó Bruce Springsteen durante la campaña del presidente de la esperanza. Aprovechando «la pausa» que le ha dado al país la tragedia de Tucson, el inquilino de la Casa Blanca decidió darle forma a ese «algo más grande de lo que todos (en EE UU) formamos parte» para redefinir el futuro de un imperio en decadencia que no se resiste a perder el liderazgo mundial. Era la vuelta del 'Yes, we can', reforzado por un sentido de la obligación y la urgencia.

Ni el partido de Reagan podía resistirse a la idea de que Estados Unidos reconquiste su superioridad con una invitación a relanzar «la libre competencia empresarial que estimula la innovación», les calmó. Antes de lanzar el plan para su nuevo amanecer, Obama se permitió poner nombre al declive. Los tiempos dorados son cosa del pasado, «el mundo ha cambiado» y tiene nuevos actores. «Naciones como China e India se han dado cuenta que con algunos cambios de su parte pueden competir en este nuevo mundo».

Atrás quedan los tiempos en los que la grandeza de EE UU estaba en una clase media a la que podía acceder fácilmente cualquiera en busca del sueño americano. «Si trabajabas duro, tenías un empleo de por vida, con una nómina decente, buenas prestaciones sociales y algún ascenso ocasional», recordó nostálgico el presidente. Eran los tiempos en los que «no siempre se necesitaba un título y tu competencia estaba en buena parte limitada a tus vecinos (.) Hoy cualquier empresa puede montar una tienda, contratar empleados y vender sus productos donde quiera que haya una conexión a Internet». Con ese argumento Obama justificó que el nuevo grito de guerra sea educación, inversión, tecnología, investigaciones científicas e infraestructura, porque la oportunidad de mantener el liderazgo aún no se ha perdido. «El futuro es nuestro para conquistarlo», exhortó. «EE UU sigue siendo la mayor y más próspera economía del mundo».

'Tu país te necesita'

El nuevo 'proyecto Apolo' con el que el EE UU de Kennedy respondió en los 60 al desafío de los Sputnik soviéticos tiene cifras y letras en el discurso de Obama, que ve en el nuevo reto «el momento Sputnik de nuestra generación». Se trata de 100.000 nuevos profesores de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas para el 2015. Nuevos guerreros que respondan a la consigna de 'Tu país te necesita', anunció. EE UU ha caído al noveno puesto mundial en cuanto a licenciados universitarios, pero con este plan Obama promete recuperar la cabeza a final de esta década.

Deducciones fiscales para la educación universitaria, Internet inalámbrico de alta velocidad para el 98% de la población en cinco años, trenes de alta velocidad «más rápidos que los aviones y sin cacheos» para el 80% de los estadounidenses en 25 años, fortalecer la seguridad social «sin poner en riesgo a los actuales jubilados» y, para regocijo de la oposición, congelación del gasto y un gobierno más económico y eficiente, porque «un paso crítico para el futuro será no quedar enterrados bajo una montaña de deuda».

Para llevar a cabo esas promesas rescatadas de la campaña se ampara en el repunte económico que ayer dio por hecho. «Dos años después de la peor recesión que ninguno de nosotros haya conocido, los mercados rugen de vuelta, los beneficios corporativos están al alza y la economía vuelve a crecer. El año pasado el sector privado creó más de un millón de puestos de trabajo. Estamos listos para el progreso».

Lo que le falta para pagar por ese futuro sin agravar el déficit es que el 2% más acaudalado de la población renuncie a los recortes de impuestos que le dio Bush y él mismo renovase bajo presión de la oposición. Que los organismos de Gobierno aprendan a ser más eficientes, que el Congreso apruebe una reforma del código fiscal y cierre las lagunas que ahondan el agujero presupuestario y que las petroleras acepten la pérdida de los subsidios para invertir esos «miles de millones de dólares» en investigaciones e incentivos «que puedan romper nuestra dependencia del petróleo y nos conviertan en el primer país con un millón de vehículos eléctricos en las carreteras para el 2015». Fue la única promesa de grandeza que no despertó ningún aplauso en la sala.

Los inmigrantes también son parte de ese futuro que Obama promete conquistar para EE UU en los dos años que le quedan.