ESPAÑA

Zapatero pone en marcha el plan para su relevo por Rubalcaba

El presidente del Gobierno ya ha conseguido garantizarse un cambio tranquilo sin abrir un cisma en el PSOE

MADRID. Actualizado: Guardar
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Como lluvia fina. La idea de que Alfredo Pérez Rubalcaba será el sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero ha calado ya sin remedio en el PSOE, mal que les pese a sus detractores internos y, sobre todo, a los antiguos integrantes de la disuelta Nueva Vía. Sin necesidad de abrir un cisma en el partido, el presidente del Gobierno se ha garantizado ya una sucesión tranquila. Así lo ven al menos pesos pesados del Ejecutivo y de la formación socialista.

«La oposición a Rubalcaba tiene poco recorrido -sostienen fuentes gubernamentales-; no cabe pensar en otra alternativa». Zapatero mide sus pasos y en ese camino le acompaña su siempre fiel vicesecretario general, José Blanco. No es momento de decir que se marcha porque, como insisten las citadas fuentes, «de hacerlo ya, perdería la capacidad de liderar el proceso de reformas y sumiría al partido en el desconcierto», pero sí cabe ir allanando el camino para que la designación del valido parezca inevitable.

La ministra de Economía, Elena Salgado, dio ayer un nuevo ejemplo de ese calculado 'gota a gota' cuando, en la estela del propio Blanco, afirmó que Rubalcaba es una «excelente opción». Dicho esto, matizó: «Para mí, hasta que Zapatero no diga lo contrario es mi candidato».

Situación extrema

Suma y sigue porque, incluso el único 'barón' autonómico que, a tenor de las encuestas, será digno de tal título tras las elecciones, el extremeño Guillermo Fernández Vara, ha dado ya por bueno que Rubalcaba es el 'hombre'. «¿Quién si no? -señalan en el Ejecutivo-. ¿Carme Chacón? Será una buena candidata en el futuro pero no para unas elecciones a las que vamos a ir con el agua al cuello».

Comentarios de este tipo avalan lo que a simple vista emanó de la primera sesión de control al Gobierno del año. El vicepresidente -metido hasta el zancarrón en la negociación con los sindicatos (algo impensable en su antecesora)- volvió a ejercer de parapeto. Tuvo más protagonismo que el propio presidente, en gran parte también porque así lo quiso el PP, que ya ha visto la jugada del líder socialista.

«Los españoles saben que ustedes son el Gobierno que más daño ha hecho al Estado del bienestar y saben también que de todo eso es responsable usted, tanto o más que el señor Zapatero», espetó la portavoz del primer partido de la oposición, Soraya Sáenz de Santamaría. Fue en la primera de una lista de preguntas incómodas. Rubalcaba también tuvo que responder por la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía que obliga a la Junta a abrir expediente al vicepresidente tercero, Manuel Chaves, por el 'caso Matsa', y sobre el 'caso Faisán'.

No todos los que le rodean en el Consejo de Ministros ven como un acierto esta sobreexposición y algunos le han aconsejado que derive interpelaciones farragosas hacia otros miembros del Gobierno, pero aseguran que él no está por la labor.

Lo que en todo caso sostienen varios miembros del Gobierno y del PSOE es que la sucesión de Zapatero se decidirá en un congreso que podría celebrarse el próximo otoño después de haber culminado todo el proceso de armas. «Llegará hasta 2012 y se irá», afirman fuentes cercanas a Zapatero.

Algunos son especialmente contundentes a la hora de dar por hecho el recambio. «José Luis está herido de muerte», dice un dirigente que comparte cargo en el Ejecutivo y en el partido. Su marcha sería, a su juicio, la única opción porque todas las encuestas apuntan a que concentra en su figura todo el desgaste del PSOE. «Las siglas -afirma- resisten mejor». Aún así, salvo los 'barones', todos en el partido respetan sus 'tempos'.