Adiós a la Academia.com
El director explica en las redes sociales que no se politice la fiesta del cine español con su decisión y la polémica normativa De la Iglesia deja la presidencia por su rechazo a la 'ley Sinde'
MADRID. Actualizado: GuardarEl acuerdo político para reflotar la 'ley Sinde' se cobró ayer su primera víctima: Álex de la Iglesia. El director vasco anunció que deja la presidencia de la Academia de Cine el 14 de febrero, cuando se hayan entregado los Goya. «Después de la gala, dimito como presidente. Seguiré siendo miembro de la Academia, discutiendo y metiendo la pata como siempre, pero como director de cine, que es lo mío», indicó el director de 'La comunidad' o 'Balada triste de trompeta'. Icíar Bollaín y Emilio Pina, vicepresidentes primera y segundo de la institución, serán sus sustitutos hasta cumplir el mandato de tres años que De la Iglesia inició el 21 de junio de 2009. En caso de que renunciaran, se convocarán elecciones.
La reforma de la 'ley Sinde', pactada por socialistas, populares y convergentes, ha sido el detonante para que De la Iglesia haya tomado esta decisión, rumiada en varias ocasiones anteriores por la acumulación de trabajo. El realizador se ha implicado, como una parte más, en la búsqueda de una solución para acabar con la piratería en la red que tanto daño está haciendo a la industria cultural. Mantuvo numerosas reuniones e intercambio opiniones con aquellos que suponía enemigos. «De pronto descubrí que había muchos puntos en común. Nadie estaba a favor del todo gratis, estaban de acuerdo en reconocer los derechos del autor frente a la obra», apuntó en la edición digital del El País. Asimismo, destacó que «por primera vez aprendí que dialogar con personas que te lleven la contraria es mucho más interesante». Este acercamiento a otras posturas, «para un soberbio como yo», hizo que en la noche del lunes sorprendiera a todos los internautas con su rechazo al acuerdo entre el Gobierno y el principal partido de la oposición . «Han pactado una ley que no conviene a nadie. Dos intervenciones judiciales? Desastre», vaticinaba en su Twitter, que se ha convertido en su foro de apoyos y debate.
Separar la ceremonia
Este descubrimiento le hizo separarse de las tesis más ortodoxas defendidas por sus compañeros de profesión y la propia ministra (y guionista) de Cultura, Ángeles González Sinde. Además, su interés por el tema se convirtió en una verdadera mediación que le ha absorbido más de lo que imaginaba. Esta situación unida al trabajo en la Academia y al pudor que le produjo recibir 15 candidaturas por 'Balada triste de trompeta', hicieron que el realizador haya dicho basta.
De la Iglesia aguantará hasta el día de san Valentín, aunque si por el fuera, dimitiría ya. «Lo haría ahora, pero no quiero perjudicar a los compañeros de profesión», apuntó. Sí dejó claro es que quiere dejar al margen de su dimisión a la ceremonia de los Goya, que este año celebran su vigésimo quinto aniversario en el Teatro Real. «No hablaré de otra cosa que no sea de cine. No sería bueno. No hay que politizar la ceremonia. Tiene que ser divertida y entretenida», argumentó el todavía presidente de la Academia. En año y medio, ha conseguido la unión de la familia cinematográfica española, la vuelta de Pedro Almodóvar, la revitalización de los Goya y ha acabado con el victimismo del cine español. «Nuestro trabajo no ha conectado con el público», decía el pasado sábado en la recepción a los candidatos a los Goya. «Hemos hecho muy buenas películas, pero en taquilla hemos ido a peor. La solución está en que hagamos mejor las cosas», añadió ante sus compañeros.
Ante la marcha de el presidente de la Academia, la ministra de Cultura lamentó la decisión del realizador se mostró esperanzada de que recapacitara y cambiará de idea. «Confío en que él reconsidere la dimisión y siga trabajando por la Academia, por el colectivo, por el cine español, como ha venido haciendo en este año y medio, que creo que lo ha hecho muy bien», apuntó desde Pamplona.
Asimismo, defendió la controvertida norma porque «va a permitir el desarrollo de la industria cultural en internet y el desarrollo de un nuevo modelo de negocio que permita a los ciudadanos el acceso a la cultura digital» y señalo que espera más apoyo para esta «cuestión de Estado».