Los sindicatos ceden hasta los 38 años cotizados
MADRID.Actualizado:El pacto sobre el número de años cotizados para conseguir la jubilación a los 65 -frente a la subida generalizada a 67 años de la edad legal- está cada vez más cerca. Los sindicatos comenzaron las negociaciones empeñados en mantener este marcador en los 35 años y el Gobierno proponía elevarlo a los 41. Ayer, según fuentes del Ejecutivo, las centrales ya habían cedido hasta los 38 años y el Gobierno accede a rebajarlo a los 40. Por esta razón, se supone que «la cifra clave», como fue calificada por el vicepresidente primero de CEOE, Arturo Fernández, podría estar en los 39 años.
Estas mismas fuentes aseguran que el acuerdo global se conseguirá «con desacuerdos concertados». Ambas partes saben en estos momentos que, en ciertos temas, la distancia que hay entre las partes es insalvable, y por eso prefieren no entrar en materia.
Tras la votación de las recomendaciones del Pacto de Toledo, el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, trató de templar los ánimos tras el éxito conseguido en la Cámara, aunque consideró que su efecto será positivo. Defendió que si no se consigue el acuerdo antes del viernes, «será después», ya que lo importante es que consiga «un consenso suficiente».
A pesar de este notable acercamiento, los sindicatos siguen presionando al Gobierno para conseguir un pronto acuerdo. Ayer, el portavoz de Izquierda Unida, Gaspar Llamazares, aseguró que CC OO y UGT le habían trasladado su «inquietud e insatisfacción» por la marcha «lenta y con escasos avances» en la negociación sobre la reforma de las pensiones, ya que el Gobierno sigue «empecinado» en el «mantra» de elevar la edad de jubilación. Explicó que la obsesión de reducción de déficit está llevando a realizar la consolidación fiscal a costa de los ciudadanos.
Las jornadas de negociación son auténticamente «maratonianas». Saben que el acuerdo es necesario y el tiempo se agota. Los técnicos de las dos partes comienzan su jornada alrededor de las seis de la mañana y los líderes sindicales no dudan en retrasar las reuniones hasta bien entrada la madrugada. El vicepresidente primero, Alfredo Pérez Rubalcaba, que ha sido catalogado como «el gran impulsor del proceso», no ha dejado de estar al tanto de lo que sucede en estos encuentros y ha acudido a muchos de ellos. El último, el lunes de madrugada.