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Un herido en el atentado de Moscú habla con dos familiares, ya en un hospital de la ciudad. :: REUTERS
MUNDO

El atentado de Moscú revela una Rusia frágil

Un terrorista suicida causa al menos 35 muertos y decenas de heridos en el aeropuerto de mayor tráfico del país

RAFAEL M. MAÑUECO CORRESPONSAL
MOSCÚ.Actualizado:

La zarpa del terrorismo ha vuelto a golpear Moscú y lo ha hecho con extrema dureza. Hacia las cuatro y media de la tarde de ayer, una bomba, detonada por un terrorista suicida, arrasó la terminal de llegadas internacionales del aeropuerto moscovita de Domodiédovo. Si lo hubiese hecho tres cuartos de hora más tarde, habría alcanzado a los pasajeros del vuelo de Iberia que llega desde Madrid. Es el primer ataque terrorista de envergadura que Rusia sufre en un aeropuerto.

La última cifra de muertos facilitada ascendía a 35 y a más de 150 la de heridos, al menos tres de ellos extranjeros; una treintena estaban en estado crítico, lo que hace temer que el balance de víctimas mortales aumente. Una fuente policial aseguró que «en el lugar del atentado fue encontrada la cabeza de un hombre de apariencia árabe de entre 30 y 35 años, seguramente el que activó el artefacto explosivo». La bomba estaba rellena de metralla y tenía una potencia equivalente a más de 5 kilos de trilita. A juzgar por la tipología del terrorismo en Rusia, todo apunta a que los autores de la matanza son grupos islámicos radicales procedentes del Cáucaso Norte.

El portavoz del Comité de Instrucción ruso, Vladímir Markin, confirmó que se trata de un atentado perpetrado por un terrorista suicida. Pidió la colaboración ciudadana para aportar cualquier testimonio que pueda ayudar en la investigación. Todos los canales de televisión distribuyeron los teléfonos del Comité de Investigación, de la Policía y del Ministerio de Sanidad para facilitar la búsqueda a los familiares de las víctimas. Los heridos fueron distribuidos entre los hospitales más cercanos al aeropuerto. Los más graves fueron enviados al sanatorio Sklifosovski, uno de los más grandes de Moscú y situado en pleno centro.

Las mismas palabras

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, repitió las mismas palabras que pronuncia siempre tras un atentado: «Los terroristas serán perseguidos, capturados y castigados». Medvédev presidió una reunión urgente de la célula de crisis. «Ni de lejos se cumplen las medidas de seguridad adecuadas», manifestó el jefe del Kremlin. Ordenó extremar la vigilancia en toda la capital y especialmente en los aeropuertos y nudos de transporte. Dispuso también que el alcalde y el gobernador de la región de Moscú coordinaran en Domodiédovo todas las medidas.

El acceso a la zona de espera de llegadas en Domodiédovo se hace desde la calle a través de un control de metales de la Policía, pero hacía semanas que la vigilancia había dejado de ser estricta. El aeropuerto es el segundo más grande de Moscú y el de mayor tráfico aéreo. Los vuelos de Iberia llegan y parten de allí. Operan además otras 75 compañías.

Tras la explosión, las operaciones empezaron a ser desviadas a otros aeropuertos. En Moscú hay en total cuatro: además de Domodiédovo, funcionan los de Sheremétevo-1, Sheremétevo-2 y el de Vnúkovo.

En 2004, dos mujeres chechenas hicieron estallar en el aire dos aviones que despegaron de Domodiédovo. El número de victimas rozó el centenar. Desde entonces se redoblaron las medidas de seguridad. Al parecer, las dos terroristas suicidas accedieron al avión llevando explosivos gracias a un cómplice que trabajaba en el aeropuerto.

Medvédev dio por terminado el régimen especial antiterrorista en Chechenia en abril de 2009 y, desde entonces, en la capital rusa se han producido ya tres atentados. Eso sin contar las continuas acciones de violencia en el Cáucaso Norte. El máximo dirigente ruso pensaba trasladarse hoy a Davos (Suiza) para participar en el Foro Económico mundial, pero canceló el viaje. El actual primer ministro ruso, Vladímir Putin, llegó al poder, en 1999, con la principal tarea de acabar con la guerrilla chechena y, casi 12 años después, el problema no sólo no se ha resuelto, sino que se agrava.

Los medios de transporte son objetivos de los terroristas chechenos en atentados y secuestros. Los trenes, las estaciones de ferrocarril y de metro y autobuses de línea han sido escenarios de la barbarie.