Estoy harto
Actualizado: GuardarYno es que esté andropáusico ni con la regla, ni que ayer perdiera mi equipo, ni que me agredieran cobardemente como a Fernando Santiago, presidente de la Asociación de la Prensa de Cádiz y, lo que es mucho más importante, bloguero sin piedad. Pero hoy estoy harto -dicho con hache aspirada en sonido jota, que engrandece la sensación- y son sólo las 8.54 horas de la mañana. Y, lo que es peor, lo estoy a nivel local, autonómico, nacional y comunitario. Será el clima.
En 'Pesadilla antes de Navidad', de Tim Burton, el alcalde busca a Jack y suelta una perla australiana: «¿Dónde está Jack? ¿Qué voy a hacer? ¡Sólo soy un funcionario electo, no puedo decidir!». La frase es genial y viene a colación porque, por estar, estoy harto de politicastros torpes, corruptos e irresponsables; de concejales inútiles que se lo llevan calentito, de funcionarios apoltronados y de una Justicia lenta, viciada e injusta, de presidentes de asociaciones de vecinos con carnés políticos escondidos en la guantera del mercedes y de presidentes de comunidad de propietarios que se creen que el bloque es suyo.
Estoy harto del sistema autonómico, de que la vara de dar dinero sea diferente según interesa en futuras elecciones; de presidentes de CCAA conocidos sólo en su casa a la hora de comer y de que los mandatos máximos no se limiten a ocho años; de que las subvenciones lleguen antes y en más ca'ntidad en función del color de la autonomía, provincia, pueblo, pedanía que lo reciba y de que la gente prefiera a ver graznar a Belén Esteban a leer a Eduardo Galeano y «cantar» a King Africa.
Estoy harto de ver languidecer a Zapatero y que en su partido nadie asuma el desafío de remontar el desastre de su no-gestión; de ver a la oposición sentada al pairo en su porchecito, viendo al vecino morir y de que ambos nos vean hundirnos en estas arenas movedizas de la crisis y no parezca que hagan nada más que llamar a Sigma Dos, a ver si ha escampado un poquito, con la que está cayendo.
Y, por último, estoy harto de que me borren de los artículos el segundo apellido -Enrique Montiel, es mi padre, sigue vivo y escribe en prensa desde antes de que yo naciera-, de que el muy mucho trabajo me impida disfrutar de mi familia, de que llueva los fines de semana y de que Mourinho toque las pelotas sin necesidad. (Suspiro, inspiro, exhalo) Y lo a gusto que me he quedado soltando sapos y culebras por las teclas, amigos. «Que me quiten lo bailao», que dice uno del que también estoy empezando a hartarme. No bailes tanto, picha, no bailes.