Recta final antes de Cuaresma
Las hermandades afinan su puesta a punto a escasos meses de que comience la Semana Santa
JEREZ.Actualizado:Son las vísperas de las vísperas, quizá los momentos más intensos para los cofrades de la ciudad. Alejados todavía de la vorágine de la Cuaresma, donde todo fluye demasiado deprisa, las cofradías viven las semanas que anteceden al Miércoles de Ceniza como una bendición para celebrar sus primeros cultos, programar actividades, fomentar la asistencia a la hermandad y animar a los hermanos a participar de la intensa vida diaria que ofrecen nuestras corporaciones. Tiempo de limpieza de candelerías, de talleres de costura, de túnicas recién planchadas, de ensayos de costaleros, de juntas de gobierno hasta la madrugada. Todo lo que sea necesario para convertir Jerez en el centro de nuestra fe, en un enorme tablero de ajedrez en el que las fichas, nuestras imágenes, van jugando su partida con las miradas de los fieles, ganando siempre la partida en este improvisado juego.
Un desafío para las juntas de gobierno que acaban de tomar posesión, espoleados por la ilusión de querer superar y con creces a los dirigentes salientes, en esa sana competición que hace que las cofradías avancen pese al retroceso de otras realidades eclesiales. Y un reto para las juntas de gobierno que tras muchos años en el cargo, afrontan con tristeza su último año en los cargos, intentando dejar en buen lugar el honor de la cofradía y de los cofrades que la conforman. Tiempo para el visionado de fotografías de altares de cultos de otras ciudades, para ver los ensayos de pasos que dejamos pasar sin prestar atención, de llamar a los directores de las bandas para que nos enseñen los repertorios completos y así poder preparar la estación de penitencia con esmero.
Los primeros cultos
Pese a que todavía quedan casi noventa días para que llegue el Domingo de Ramos, ya que este año la Semana Santa cae el 17 de abril, muchas son las hermandades que ya están trabajando para afrontar en la mejor de las situaciones los últimos meses del curso cofrade, que abarca desde septiembre hasta mayo. Así, la hermandad del Santo Crucifijo preparó la casa de hermandad ayer sábado para empezar a limpiar la candelería a partir del lunes, así como el resto de enseres de la hermandad. Hay que tener en cuenta que esta cofradía tiene los cultos y el besapiés justo al principio de la Cuaresma, el Miércoles de Ceniza. Así hay muchas más cofradías, como San Francisco, o la hermandad de la Coronación, que tiene preparado todo para la Semana Santa en el besapiés del Cristo Coronado, el último domingo de Cuaresma. Son por tanto cofradías que necesitan de una planificación especial, y mucho más si pertenecen a una parroquia, lo que les obliga a abrir sus templos en horarios en los que no haya culto ordinario.
En el otro extremo están cofradías como la de las Angustias, que vive angustiada las últimas semanas de Cuaresma puesto que todas sus actividades se concentran en esas fechas, aunque ha preparado un ciclo de conferencias que, como cada año, traerá a personalidades del mundo de las cofradías para formar y entretener al mismo tiempo a sus hermanos. Y para bucear en su propia historia, como hará Andrés Cañadas Salguero en una conferencia que investigará sobre la primera cuadrilla de hermanos costaleros de Jerez, la de las Angustias de hace más de 30 años.
Las vísperas
Pero si alguien debe estar preocupado en estas fechas, son dos personalidades del mundo cofrade. Por un lado el pregonero, por otra el hermano mayor de la hermandad designada para ser la protagonista del Vía-Crucis de la Unión de Hermandades. En este último caso además por partida doble, ya que el máximo dirigente de la hermandad de la Vera-Cruz estrenó cargo hace unos meses, y prácticamente en su toma de posesión se le comunicó que el Cristo de la Esperanza sería la imagen que representaría a todas el primer lunes de Cuaresma en el principal ejercicio piadoso que se organiza en nuestra ciudad. Una responsabilidad por tanto que la hermandad asume encantada, puesto que es una de las hermandades más destacadas a la hora de poner en escena su patrimonio. Y prometen sorpresas.
Y José Antonio Zarzana Marín anda dibujando las últimas líneas de un pregón que, como toda buena obra, se enquistó cuando apenas había empezado a nacer, pero que ya está en su fase final tras las dudas de un pregonero que pensó en poner a su familia por delante del honor de subir al escenario del Villamarta. Una decisión que debería hacernos pensar hacia dónde navegan ciertos cofrades cuando hablan en foros, en mentideros, sin medir las consecuencias de los comentarios que hacen. Una decisión que le honra como persona, y le engrandece como pregonero.
Unas vísperas por tanto que todas, absolutamente todas las esferas que conforman nuestra Semana Mayor, están viviendo con intensidad, y que tienen su mejor reflejo cuando, tomando una copa en el centro, una parihuela pase a su lado con más de mil kilos encima, mientras medio centenar de molías buscan la barra del bar.