PSOE y PP vetarán los 'pinganillos' en el Congreso
Los populares, sin embargo, se quedan solos en la crítica al uso de lenguas cooficiales en la Cámara Alta
MADRID. Actualizado: GuardarUna cosa es utilizar todas las lenguas cooficiales en el Senado, que es la cámara territorial por excelencia, y otra bien distinta permitir que se hable en euskera, catalán o gallego en el Congreso, que es la máxima expresión de la voluntad del conjunto de los españoles y no tiene carácter autonómico. Esta es la justificación esgrimida por el PSOE para unirse al PP en el rechazo a la iniciativa registrada en la Cámara Baja por todos los grupos nacionalistas e IU, que buscan modificar su reglamento y permitir el uso de las lenguas autonómicas. Los nacionalistas reclaman que sea posible el uso de estas lenguas tanto en la presentación de documentos como en las intervenciones en comisiones, en el pleno o la diputación permanente o en los escritos ciudadanos. En una palabra, copiar el modelo del 'pinganillo' y la traducción simultánea, vigente desde el martes en el Senado.
«Aquí -en alusión al Congreso- hemos entendido que hay que hablar la lengua común, que es el castellano», explicó José Antonio Alonso, portavoz del grupo parlamentario socialista, para anticipar su voto negativo. Una tesis muy similar a la que defendió la portavoz del grupo popular, Soraya Sáenz de Santamaría. «El sentido común fija que en las instituciones comunes se use la lengua común», espetó.
El portavoz de ERC, Joan Riado, ante la más que previsible derrota de sus postulados, admitió como mal menor poder recuperar la denomina 'fórmula Marín' -el anterior presidente del Congreso-, que permitía una breve intervención en los idiomas autonómicos al inicio de cada turno siempre y cuando el propio diputado tradujera al castellano sus palabras.
Todos los grupos con representación en el Senado criticaron la «hipocresia del PP» al declararle la guerra al 'pinganillo', con quien solo coincidieron UPyD y el socialista Alfonso Guerra. El portavoz del grupo vasco, Josu Erkoreka, y el portavoz adjunto de los nacionalistas catalanes en el Congreso, Pere Macías, pusieron el acento en el poco dinero que se emplea en pagar este servicio (350.000 euros al año) en relación a su valor simbólico.
La portavoz socialista en el Senado, Carmela Silva, en respuesta a las críticas de Mariano Rajoy, sugirió que el PP «debe salir del armario en el uso de las lenguas y dejar de hablarlas en la intimidad», con una irónica referencia a la cariñosa frase que el expresidente José María Aznar dirigió a sus entonces socios de CiU.