Berlín se resiste a aumentar la ayuda a los países más vulnerables de la zona euro
«La evolución de la deuda en los mercados ha restado dramatismo a la situación actual», asegura el ministro germano de Finanzas
BRUSELAS. Actualizado: GuardarAlemania intenta zafarse de la presión de la Comisión Europea para que la Eurozona aumente los recursos disponibles para los países más vulnerables, y alimenta ese clima de división en el marco de la reunión de los ministros de Finanzas de la zona euro. «No hay ninguna necesidad urgente de tomar una decisión» sobre un refuerzo del mecanismo de rescate de la zona euro creado en 2010, afirmó el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schauble.
«La evolución de los mercados de las últimas semanas ha permitido desdramatizar este debate», argumentó el ministro, en alusión al éxito de las subastas, celebradas la semana pasada, de deuda portuguesa y española, las dos que más inquietudes suscitan en estos momentos entre los inversores.
Con estas palabras, Berlín dejó claro una vez más que no está dispuesto a dejarse presionar por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, que apremió a la Eurozona a reforzar su mecanismo de rescate para los países en apuros financieros como muy tarde a principios de febrero. Las «propuestas aisladas» de Barroso «no hacen la situación más fácil, sino que la complican», arremetió Schauble.
La zona euro activó en mayo un mecanismo dividido en tres instrumentos: un fondo de rescate de 440.000 millones de euros de garantías aportadas por sus Estados miembros y sendas líneas de préstamos de 250.000 millones de euros del Fondo Monetario Internacional (FMI) y 60.000 millones de la Comisión Europea. El paquete total, de 750.000 millones de euros, fue creado tras la aprobación de un primer plan de rescate para Grecia, cuya crisis de deuda soberana encendió una mecha que amenaza aún el conjunto de la zona euro. Hasta ahora, el mecanismo ha sido utilizado para Irlanda y no se descarta que otros países acudan a este recurso si los intereses sobre sus emisiones de deuda siguen disparados.
Barroso ha visto secundada su postura por el Banco Central Europeo, el FMI y algunos países de la zona euro como Bélgica. Todos ellos consideran que un rápido aumento de los fondos disponibles enviaría una señal fuerte a los mercados de que la zona euro está dispuesta a todo para garantizar la solvencia de sus Estados miembros.
Pero Alemania, primer contribuyente del fondo de rescate, es muy reticente a poner más dinero sobre la mesa y aún menos de forma preventiva, ya que, pese a los rumores, los países en el foco de los especuladores niegan necesitar una ayuda exterior. «Hablaremos de la ayuda, pero no tomaremos ninguna decisión este lunes [por ayer]», aseguró Schauble.
Otras opciones concitan menos rechazo. Entre ellas, la posibilidad de destinar de forma efectiva los 440.000 millones de euros a la capacidad de préstamo del fondo, porque en la actualidad esa cuantía está fijada en únicamente 250.000 millones de euros, mientras el resto del fondo está reservado como garantías para obtener las mejores condiciones de crédito posibles.
«Traje a la medida»
Antes de entrar en la reunión de los ministros de Economía de la Eurozona, la vicepresidenta económica del Gobierno, Elena Salgado, negó que la Unión Europea esté preparando un «traje a la medida» para España con la ampliación del fondo de rescate y su flexibilización para que pueda comprar deuda y dar líneas de crédito preventivas. «España no necesita ningún traje, ni a medida ni no a medida», aseguró.
El fondo de rescate de la zona euro lanzará una primera emisión de bonos de entre 3.000 y 5.000 millones de euros la próxima semana para financiar el rescate de Irlanda, según expusieron fuentes del fondo. Citi, HSBC y Sociéte Générale serán las entidades colocadoras de esta emisión, que cuenta con la máxima nota de las agencias calificadoras. Entre 2011 y 2012, el fondo de rescate de la zona euro tiene previsto captar 26.500 millones del mercado, como parte del programa de asistencia a Irlanda, lo que incluye otras dos emisiones de entre 3.000 y 5.000 millones este año.