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El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, halba con el presidente de Banco Central Europe, Trichet. / Reuters
crisis financiera mundial

El Eurogrupo promete acelerar los trabajos para dotar de mayor fuerza al fondo de rescate

En esa receta destaca la ampliación de la cuantía y los usos del fondo de rescate creado en mayo pasado para ayudar a países afectados por la crisis de la deuda

AGENCIAS
BRUSELASActualizado:

Los ministros de Finanzas de la zona euro se han comprometido a "acelerar" los trabajos para ofrecer un paquete completo de respuestas a la crisis de la deuda soberana "lo antes posible", incluido una reforma del fondo de rescate para socorrer a los países con problemas de financiación. Esta promesa responde a la exigencia formulada la semana pasada por el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, para que los Veintisiete adopten una ampliación del fondo en la cumbre del 4 de febrero.

"Las fuerzas de mercado no pueden tener la menor duda sobre la capacidad de la zona euro para actuar incluso en el escenario más turbulento", ha insistido en este sentido el comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, Olli Rehn, tras la reunión. Sin embargo, Rehn no ha logrado extraer de los ministros más que esa promesa de genérica de diseñar un paquete completo de respuestas a la crisis de la deuda soberana "lo antes posible".

El fondo de rescate fue creado en mayo de 2010 para evitar el contagio de la crisis griega a otros países de la periferia de la región, como Portugal, España o Irlanda, cuya prima de riesgo ha tocado cotas históricas en los últimos meses. El fondo está dotado con 440.000 millones de euros, a los que se añade la aportación garantizada por el presupuesto comunitario y la contribución del Fondo Monetario Internacional (FMI), hasta sumar 750.000 millones.

Sin embargo, la capacidad de financiación del mismo es inferior a los 300.000 millones, debido a que necesita mantener una importante cantidad de capital para gozar de la mejor calificación a la hora de acudir al mercado a por financiación. Esta circunstancia llevó a Barroso a pedir el aumento del fondo para despejar las dudas sobre la capacidad de respuesta europea a la crisis, en un mensaje apoyado por el presidente del Banco Central Europeo, Jean-Claude Trichet.

Francia y Alemana no quieren apresurarse

Esta petición fue acogida con frialdad por Francia y Alemania que, si bien no se oponen a incrementar la capacidad real de financiación del fondo, creen que no existe urgencia alguna y que marzo es el plazo adecuado. De hecho, consideran que apresurar este movimiento podría ser malinterpretado como una señal de la inminencia del rescate de algún país afectado.

En este sentido, la ministra de Economía y Hacienda española, Elena Salgado, ha negado que la reforma del fondo debatida sea "un traje a medida" para afrontar los problemas de España. A una pregunta a este respecto, antes de asistir a la reunión, Salgado ha replicado que la única motivación del rediseño es mostrar la implicación de los actores europeos para "garantizar la estabilidad del euro".

Aunque las instituciones europeas han evitado comentar abiertamente cuáles son las opciones para ampliar "la capacidad de financiación y de actuación" del fondo de rescate, han trascendido algunas.

La compra de deuda de los países afectados en los mercados secundarios, como actualmente está haciendo el Banco Central Europeo, es una de ellas, así como la concesión de líneas de crédito preferenciales. "Discutimos todos los ingredientes que pudieran enriquecer el fondo. Este trabajo continuará. Es pronto para decir qué conclusiones alcanzaremos", ha dicho a este respecto el presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, y ha aludido a "progresos".

Reducir las tasas de interés

También se habla de la posibilidad de reducir las tasas de interés abonadas por los países rescatados, como solicitó recientemente el presidente del BCE y ha confirmado el presidente del Eurogrupo.

El ministro de Finanzas irlandés, Brian Lenihan, ha informado de que negocia "un trato mejor para Irlanda" en relación con el programa de asistencia financiera concedido por la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional, que asciende a 85.000 millones de euros, y que deberá devolver con un interés superior al 5,5%. Otros de los elementos de esa respuesta europea a la crisis de la deuda soberana es la creación de un fondo permanente de rescate, que deberá sustituir al actual, que caduca en 2013.

Asimismo, la Unión Europea prepara una nueva ronda de test de solvencia a la banca, que serán "más rigurosos" que los celebrados el año pasado y cuyo resultado "guiará la reestructuración necesaria del sector financiero", según el comisario Rehn.

Rehn reconoció "debilidades" en la conducción de los test en algunos estados miembros el año pasado, pero confió en que la nueva arquitectura de supervisión que entró en vigor el uno de enero garantizará los mejores resultados y los más convincentes.