Vista de la Avenida de América madrileña, según la mirada de Antonio López. :: L. V.
Sociedad

Antonio López, realismo manchego en el Thyssen

El maestro de Tomelloso prepara la antológica que acogerá el museo el próximo verano y que incluirá piezas inéditas El artista realizará la mayor retrospectiva en 20 años

TOLEDO. Actualizado: Guardar
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«Para mí esto supone un lío pero también una satisfacción». Con esta sinceridad se expresa el pintor y escultor Antonio López (Tomelloso, Ciudad Real, 1936) mientras prepara una exposición retrospectiva de su obra que podrá verse en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid entre el 28 de junio y el 25 de septiembre de este año. Antonio López mostrará pinturas, dibujos y esculturas realizadas hasta hoy desde 1993, año en el que el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid, acogió su última exposición antológica. Algunas de estas obras nunca se han expuesto y otras aún están inacabadas y requieren de la mano genial de este maestro del hiperrealismo. Tras su paso por la sala de exposiciones temporales del Museo Thyssen, es muy posible que la ciudad de Bilbao sea el siguiente destino de esta muestra, según avanza el artista manchego.

Los óleos, dibujos y esculturas que podrán verse el próximo verano en esta exposición reflejan los temas más habituales en la obra de Antonio López como los interiores, la figura humana, los paisajes y vistas urbanas -principalmente de Madrid- o sus composiciones frutales.

La selección de las cerca de 90 piezas que conformarán la muestra no ha sido complicada, según el artista. «Lo difícil no ha sido elegirlas sino localizarlas y que te las presten. Si fuesen mías sería facilísimo hacer la selección, pero muy pocas de las que se verán en al exposición son de mi propiedad».

«Yo no podría exponer si la gente no me hiciera estos favores», reconoce el genial artista manchego en referencia a los coleccionistas privados que cederán sus obras y que «se sentirán honrados por un lado pero, por otro, algunos estarán cansados de que se les pidan sus piezas una y otra vez. La primera vez hace gracia pero a la quinta o sexta vez dicen que sí por educación y solidaridad. La verdad es que es una intromisión en su vida y un incordio».

A sus casi 75 años, Antonio López no varía sus horarios habituales de trabajo, ni piensa hacerlo a pesar de la importancia de la exposición que prepara en el Thyssen. «Esto me altera un poco. Por un lado para mí es una satisfacción y también una obligación porque la sociedad se ha portado muy bien conmigo y tienes que compensarlo un poco mostrando lo que estás haciendo.

Pero esto me altera y trataré de que no afecte mucho al proceso de mi trabajo», apunta este artista manchego residente en Madrid al que cada vez le resulta más complicado trabajar en una ciudad tan grande.

Genio del hiperrealismo

«Era fácil cuando trabajaba en Tomelloso -dice- porque todo lo tenía a mano, pero en Madrid hay un esfuerzo añadido, dado que yo apenas estoy en el estudio y donde más trabajo es en la calle, donde está el tema y a veces el tema está lejos». Su esfuerzo tenaz y la minuciosidad de su trabajo han convertido a Antonio López en uno de los más importantes creadores plásticos españoles de las artes de la segunda mitad del siglo XX y en el máximo exponente del hiperrealismo español.