ESPAÑA

El PP promete una seria reforma del «inviable» modelo de Estado

Aznar se desmarca de Cascos, cierra filas con Rajoy y reclama una victoria con mayoría absoluta en 2012

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

«Voy a hacer de José María Aznar», ironizó ayer en León el propio José María Aznar durante su intervención en León durante la I Cumbre del PP en el Exterior. Y cumplió el aviso. El expresidente del Gobierno se convirtió de una tacada en el mejor antídoto contra el 'efecto Cascos' al declararse el más «humilde y decidido» seguidor de Mariano Rajoy, y en el defensor más ferviente del cambio en el modelo autonómico que el PP quiere desarrollar si llega a la Moncloa en 2012. Además, afirmó sin ningún tipo de cortapisas lo que algunos dirigentes actuales del PP tan solo se atreven a insinuar para evitar críticas de «antipatrióticos» por parte del Gobierno. «España es hoy un país intervenido de hecho y estamos discutiendo si va a serlo de derecho», remachó.

Aznar volvió a la primera línea de la política, y no solo por el acto de León, sino porque Rajoy ha encomendado al expresidente que inaugure, junto a Dolores de Cospedal, la convención nacional que el PP celebrará del 21 al 23 de este mes en Sevilla. El presidente de honor del PP se convierte así en el as que Rajoy se ha sacado de la manga para no correr riesgos en este año electoral y, además, para cercenar el debate sobre la vieja guardia del partido y su presunta caída en desgracia.

Giro copernicano

Parece que las relaciones entre Rajoy y Aznar, frías desde el congreso de Valencia del verano de 2008, han dado un giro copernicano. Aznar ha pasado de echar en cara a Rajoy hace su obsesión por un «viaje sin final» hacia el centro político a reconocer, como hizo este jueves en León, que el PP, incluso ganando las elecciones, necesitará conformar una «nueva mayoría social» ante el panorama que se va a encontrar cuando gobierne. «España está en una situación límite, en una situación crítica, y no debemos pensar que es una situación de la que vayamos a salir fácilmente», apostilló.

Pero la crisis que atenaza al país no solo es económica sino que, a su juicio, también es política e institucional. Es más, el expresidente aseveró que la articulación territorial ha hecho de España «un estado marginal y los estados marginales no son viables». A raíz de esta reflexión marcó las diferencias entre estados unitarios, descentralizados, federales o autonómicos. Lo que no se puede tolerar es «un estado marginal». En este punto, Aznar anunció que el PP, cuando llegue al Gobierno, deberá modificará la actual configuración del Estado de las autonomías porque de lo contrario no podrá sacar adelante sus políticas, aunque estas vayan en la buena dirección.

Y el PP, en efecto, va en esa dirección, según confirmó minutos después en el mismo acto Dolores de Cospedal. La secretaria general del PP aseveró que la recuperación económica de España pasa por corregir los «excesos» de los últimos años en el Estado de las autonomías. ¿Qué excesos? Aznar explicó que un Estado con el «grado de debilidad» del español tiene que ser reformado, no solo en cuanto al gasto, sino en lo que se refiere a la ordenación y clarificación de las competencias de cada administración pública.

«Mismas cosas»

«España -manifestó- no da para tener 17 instituciones que hacen las mismas cosas, 17 organismos que hacen las mismas cosas no da para eso, no podemos sostenerlo».

Aznar abogó porque sea Rajoy quien le «ponga el cascabel al gato» y reforme el Estado de las autonomías. Esta afirmación puede convertirse en un arma de doble filo para el PP, sobre todo porque las elecciones regionales con las que Rajoy quiere dar un paso definitivo hacia la Moncloa están a cuatro meses vista de unas.

Había expectación por conocer la postura del expresidente sobre el veto de la dirección nacional a la candidatura a la Presidencia de Asturias al que fuera su mano derecha. «¿Señor Aznar, es usted historia en el PP como Álvarez-Cascos», le preguntó alguien antes de acceder al auditorio. Una sonrisa fue su respuesta. Pero durante su discurso no dejó lugar a dudas. «Rajoy -afirmó- necesita el apoyo de todos y no solamente por lo que hemos sido en esta casa o por lo que hemos sido en el Gobierno de España sino por lo que queremos que el Partido Popular y España sean.» Para que su postura quedara aún más clara que una patena enfatizó: «Hoy eso lo encarna perfectamente Rajoy y a él hay que apoyarle más que a nadie, a él hay que animarle más que a nadie porque de sus capacidades no hay ninguna duda, de su voluntad no hay ninguna duda, de su coraje tampoco tiene por qué haber ninguna duda».

Afirmó además que el PP necesita que la victoria en las elecciones generales con mayoría absoluta. Ganar, dijo, es «indispensable, pero insuficiente. España necesita una gran mayoría política, no únicamente un cambio si queremos sacar el país adelante». Aznar no lo dijo, pero puso en valor de esta forma su segunda legislatura, cuando gobernó en solitario sin necesidad de apoyarse en los grupos nacionalistas.