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Aznar y González se han convertido en asesores de lujo después de abandonar La Moncloa. Sus contactos valen su peso en oro

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i hubiera un Balón de Oro a la mejor cintura política, Zapatero tendría muchas papeletas para llevárselo. El lunes derrochó regates en forma de evasivas, sonrisas forzadas y movimientos inquietos en la recién estrenada silla del nuevo plató de Antena 3. De nada sirvió el ‘acoso’ de su marcadora. El presidente zigzagueó una y otra vez ante las ‘entradas’ de la directora de informativos y siguió deshojando la margarita de su retirada, del nombre del ‘Señor X’ que lo sucederá si se va y hasta de sus planes de futuro cuando abandone La Moncloa.

– ¿De qué vivirá cuando deje la política?

– Todavía no lo he pensado...

Y nueva sonrisa artificial para adornar el enésimo regate de la noche a la esforzada entrevistadora.

A José Luis Rodríguez Zapatero no le va a hacer falta patearse las calles echando currículos ni visitar la oficina del Inem cuando abandone el Ejecutivo. Simplemente, le bastaría con incorporarse a la plaza de «consejero nato» que se reserva a los expresidentes en el Consejo de Estado y por la que percibiría unos 6.000 euros limpios al mes. Y si no, siempre le quedarán los despachos de la Universidad de León, en la que antes de iniciar su carrera política trabajó durante tres años como profesor-ayudante de Derecho Constitucional. O aguardar alguna de las «decenas de ofertas» para presidir un consejo de administración, como las que Felipe González ha reconocido recibir en los últimos 15 años.

Dicen que un periodista vale lo que vale su agenda. Y la de los políticos, especialmente la de aquellos que han regido los destinos de un país y se han codeado con mandatarios y ejecutivos de todo el mundo, vale su peso en oro. La empresa privada lo sabe. Y lo paga bien.

Solo 24 horas después de que ZP volviera a dejar en el limbo del misterio su futuro vital y político, su antecesor en el cargo ha sumado otro cargo a su abultada cartera de cargos privados. José María Aznar es ya el ‘hombre fuerte’ de Endesa en Sudamérica. Asesor externo de la cúpula directiva es el rimbombante puesto para el que la eléctrica ha contratado al expresidente (allí coincidirá con viejos amigos, como el ex diputado de CIU y padre de la Constitución, Miquel Roca, consejero de la firma). Aunque para rimbombante, el ‘jornal’ que se llevará a casa por aconsejar a la empresa eléctrica sobre la mejor estrategia a la hora de explotar el potencial de crecimiento de los países latinoamericanos: unos 200.000 euros anuales (hay consejeros que se embolsan hasta 800.000). Fuentes de Endesa aseguran que la cifra es «menor» de la que ha trascendido, aunque se niegan a concretarla. Y los chascarrillos sobre el nuevo sueldo de Aznar no se han hecho esperar en internet. «Para eso suben la luz...», era uno de los comentarios más repetidos ayer en Twitter y Facebook.

El currículo privado del expresidente empezó a coger brillo en 2006. El magnate norteamericano de la comunicación Rupert Murdoch lo fichó entonces como consejero asesor de News Corporation, el holding de medios informativos que incluye gigantes como ‘The Wall Street Journal’, ‘The Times’, CNBC o Fox News. Y el patrón no parece descontento con su función. Unos 220.000 dólares (160.000 euros) en efectivo y acciones cobró en 2009 por esta labor. Es solo uno de sus trabajos que Aznar compagina con la presidencia de la FAES, sus clases como profesor de la Universidad de Georgetown y sus jugosas conferencias internacionales. Entre 20.000 y 30.000 euros por charla de hora y media, según ‘Washington Speakers Bureau’, la firma estadounidense de conferenciantes para la que trabaja en exclusiva y en la que comparte ‘orla’ con mandatarios como Tony Blair o Madeleine Albright.

De los bonsáis al gas

«Se precisa experiencia». Es la odiosa coletilla presente en toda oferta con la que se topa cualquier aspirante a un escurridizo puesto laboral. Endesa no iba a ser menos. Claro que Aznar, en América Latina, la tiene a raudales... Durante su etapa como presidente del Gobierno viajó de forma oficial a todos los países iberoamericanos. Y sus periplos se han multiplicado por el continente en sus muchos actos con la FAES. El pasado mes de diciembre inició en Colombia una gira por Latinoamérica. En apenas unos días se reunió de manera pública o privada con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos; el de Chile, Sebastián Piñera; el expresidente de Colombia Álvaro Uribe; y el premio Nobel peruano Mario Vargas Llosa. Contactos de oro para Endesa, que ya es propietaria, entre otras, de las firmas que distribuyen la electricidad en las mayores urbes de Colombia (Codensa), Edelnor (Perú) o Chilectra (Chile). Además, desde 2009 forma parte del consejo asesor latinoamericano de la compañía estadounidense J. E. Roberts, embarcada en operaciones inmobiliarias millonarias al otro lado del charco.

Aznar tampoco es profano en materia energética. El expresidente lleva dos años como consejero de Doheny Global Group, una sociedad estadounidense con intereses en Europa del Este y dirigida por el empresario Irwin Katsof, defensor de la energía nuclear. Y ha participado activamente en la puesta en marcha de la organización Global Adaptation Institute, dedicada a promocionar el uso de este tipo de energía en todo el mundo. Nació el 1 de diciembre, apenas un mes antes de comenzar a trabajar para Endesa.

Tampoco el inquilino de La Moncloa anterior a Aznar se ha quedado quieto desde que desapareció de la primera línea política. Hijo de vaquero y amante confeso de la agricultura y el campo («tener un pedacito de tierra siempre ha sido mi gran ilusión», declaró hace un par de meses en una entrevista), lo cierto es que Felipe González hace tiempo que se dedica a algo más que a podar bonsáis. Y eso que los trabajos manuales siguen siendo lo suyo. Tras años ocultando otra de sus pasiones, en diciembre presentó en Madrid su primera colección de joyas. Almodóvar, Martirio, la modelo Eugenia Silva o la esposa de Manuel Chaves ya han lucido algunos diseños del expresidente. Él dice que los regala, pero lo cierto es que por un par de

pendientes suyos se han llegado a pagar unos 6.000 euros.

De todas formas, González (que también esculpe figuras en piedra) no vive de sus manos, sino de su agenda de oro. Hace solo unos días fue Gas Natural Fenosa la que anunció el nombramiento del expresidente socialista como consejero accionista independiente de la compañía, con el fin de «fortalecer los vínculos internacionales con Iberoamérica». Aznar y Felipe, de nuevo cara a cara. Su sueldo es un poco más ‘modesto’ que el de su otrora rival político: 126.500 euros anuales. También el caché de González es inferior en materia de ponencias: en torno a 20.000 euros por discurso. Calderilla en cualquier caso si se compara con la cifra que Forbes baraja para el expresidente mejor pagado como conferenciante del mundo: Bill Clinton, a 249.000 euros la ‘pieza’. Tampoco en Gas Natural andará González falto de ‘amigos’: compartirá cargo en el consejo con Narcís Serra, el que fuera ministro y vicepresidente en sus gobiernos.

El fenómeno de las ‘agendas de oro’ es internacional. Las empresas privadas se rifan al mejor postor a los exmandatarios con mayor prestigio. Que se lo digan a Tony Blair, desde enero de 2008 asesor político a tiempo parcial del potente banco estadounidense JP Morgan. A cambio, unos 770.000 euros anuales, cifra extraoficial y jamás confirmada ni por la entidad ni por el interesado. El ex canciller alemán Gerard Schröeder tampoco se conforma con los 230.000 euros que cobra de pensión por su labor al frente del ejecutivo bávaro. Lo suyo casi roza la ‘explotación laboral’. Es consultor y relaciones públicas de la editorial suiza Ringier AG (500.000 euros), presidente del Comité de Socios de Nord Stream AG-Gazprom (250.000 euros) y consejero de la banca Rothschild.

Quizás la otra cara de moneda sea Mijail Gorbachov. Al que fuera presidente de la extinta URSS se le acumula la faena: publica libros, imparte conferencias, escribe en periódicos, dirige el Fondo Gorbachov (un organismo dedicado a la investigación política, social y económica)... No ha trascendido lo que cobra el exlíder soviético por tan frenética y variada actividad, pero parece lógica al saber lo que percibe de pensión gubernativa mensual: 40.000 rublos, unos 1.000 euros. Y así, por muy comunista que sea uno, si hace falta (lo hizo en 2007) se posa hasta con una maleta de Louis Vuitton ante el ya caduco muro de Berlín.