Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
fútbol | copa del rey

Oda al fútbol en Villarreal

Manzano y Garrido apostaron por alineaciones valientes a favor del espectáculo

Luis F. Gago
Actualizado:

Se esperaba con expectación el duelo copero entre Villarreal y Sevilla, dos de los equipos más en forma en 2011 y no defraudaron a nadie. Fueron mejores los castellonenses durante gran parte del encuentro aunque de poco le sirvió. A pesar de ello, el fútbol fue el gran triunfador de la noche del miércoles.

Jugaron por el bando local hasta seis jugadores que el año pasado estaban en el filial amarillo. Eso lo notó en madurez el equipo de Juan Carlos Garrido, ya que los hispalenses dominaron el centro del campo con fluidez. Pero llegaron los auténticos artistas de esta obra llamada Villarreal.

Cani y Rossi aprovecharon un nuevo festival en forma de verbena de la defensa sevillista para encarrilar la eliminatoria. El primero, tras ser absuelto de sus culpas en el Bernabéu, aprovechó una serie de rechaces en el área rival para adelantar a los suyos.

El segundo, cinco minutos después, terminó de agradecer los favores de la zaga nervionense con un tiro que rebotó en Alexis para engañar a Varas.

Cuando todo parecía que era de color de rosa para los de La plana llegaron los colores negros para el cuadro. Romaric decidió convertirse en futbolista y dio una lección de pases en profundidad, hasta que uno de ellos lo cogió Negredo por alto, 'mató' la pelota con el exterior del pie y acortó distancias engañando a Juan Carlos.

Parecía que Gregorio Manzano iba a echar la bronca a sus defensas en el descanso, pero bien no lo hizo o de hacerlo fue por signos, porque nadie lo entendió. En la reanudación Cani se marchó de manera magistral del francés Dabo. En línea de fondo el extremo centró con precisión para que Marco Ruben marcara a placer, eso sí, tras previamente adelantarse a un Navarro menor.

De nuevo con dos goles de ventaja los villarrealenses se acomodaron con el placer del marcador. Pero es en los momentos difíciles cuando más gallardía saca el Sevilla. De nuevo Romaric, quién lo diría, se alió con Negredo para que éste cabeceara y pusiera valor al encuentro.

Los últimos minutos fueron la apoteosis para cualquier aficionado al buen fútbol. Encuentro de correcalles, con ocasiones claras para ambos y espectáculo por doquier. Incluso se permitió Unidano Mallenco anular dos goles, uno a cada equipo, ambos de manera acertada.

Pero como en la mar, también en los partidos hay cambios de aire que provocan nuevos estados de humor. Eso pasó en El Madrigal, porque del juego bonito se pasó al de a ras de césped. Hasta cuatro tarjetas amarillas enseñó el árbitro en menos de cinco minutos.

Visto la nueva situación y para calmar ánimos, el Sevilla decidió dar una alegría a los desplazados.

Alexis, tras otro pase de Romaric, que es el gran triunfador de esta eliminatoria, marcó desde fuera de área para tristeza de unos seguidores castellonenses que no se creían lo que estaban viendo.

Empate a tres entre dos equipos que han dado vida a la Copa con su espectáculo.