Los vecinos de El Puerto aceptan la prohibición a regañadientes
EL PUERTO. Actualizado: GuardarLa Pontona ruge con Rihanna y David Guetta. Las copas acompañan el ritmo y el ambiente se caldea. Algunos se atreven con los primeros acercamientos. «Nos han quitado la mejor táctica. El '¿tienes fuego?' ya no sirve». Pero ni ellos ni ellas tendrán que estrujarse demasiado el seso para esa primera y quien sabe si fructífera, toma de contacto. «¿Echamos un cigarrito en la terraza?». La alternativa no es tan mala. Un poco de aire fresco y menos decibelios. Para entenderse mejor. Pero no se engañen. De intimidad, poquita. Porque en la terraza puede haber casi tanta gente como dentro. Fumando. Algunos con mejor talante que otros, aunque todos se pueden dar con un canto en los dientes: en otras discotecas tienen que salir a la calle. Y sin la copa. Todo un dilema.
El primer fin de semana tras la entrada en vigor de la ley antitabaco, el de la concienciación definitiva, también ha confirmado la tendencia que los clientes de pubs y discotecas están siguiendo a rajatabla. A fumar, fuera. Noelia mira resignada su copa sobre la barra del pub 'Kapote'. Tiene mono. Pero de momento puede aguantar y continúa la conversación con su amiga María, que no fuma. «La ley me ha sentado fatal. Por supuesto que ahora estaría con un cigarro y mi cubata». El hielo se consume. Y la cajetilla espera paciente su turno en el bolso. «Pues a mí me parece muy bien. Yo no tengo por qué tragarme el humo». Detrás de la barra también aplauden. «Antes llegaba a casa con el pelo, la piel, la ropa... todo apestando a tabaco», comenta Sofía Romero.