Un fumador disfruta de su cigarrillo fuera en un local de Jerez, mientras otros clientes consumen dentro alejados del humo. :: J. FERNÁNDEZ
Jerez

Los clientes de pubs acatan con resignación la ley antitabaco en su primer fin de semana

Los jerezanos se concentran en los patios y terrazas de los locales nocturnos o se ven obligados a salir a la calle para encender su cigarro

JEREZ. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Un grupo de personas charla animadamente, con una copa en la mano, en el interior de un conocido pub de Jerez. En mitad de la conversación, uno de los parroquianos saca una cajetilla del bolsillo y, justo cuando va a prender fuego al cigarro, el portero le recuerda, amablemente, la entrada en vigor de la ley antitabaco el pasado 1 de enero. El joven reprendido pide perdón por el despiste y sale fuera con su grupo de amigos que, fumen o no, le acompañan durante los cinco minutos que tarda en dar satisfacción a su vicio.

La estampa ha sido muy habitual durante el fin de semana, después de que el humo haya quedado desterrado para siempre del interior de los establecimientos. De hecho, algo que ha sorprendido gratamente a los clientes no fumadores ha sido la ausencia de olor a tabaco en los pubs y discotecas. Pero todo tiene su parte negativa. Por ejemplo, en aquellos lugares que cuentan con un patio exterior, las colillas se acumulan generalmente por el suelo, algo que antes no ocurría.

No han bajado las temperaturas ta lo suficiente como para ahuyentar a los fumadores, que se aglutinan en las terrazas mientras que la parte interior de los locales aparece semivacía. El efecto arrastre es evidente y quienes no han probado un cigarro en su vida se deciden a hacerles compañía.

Hábitos separados

La otra imagen es la de los lugares que no cuentan con espacio al aire libre. Allí es habitual ver cómo el fumador deja la copa o la cerveza a medio camino y sale a la calle, reanudando luego su tarea.

La mayoría de los jerezanos se han tomado con filosofía la entrada en vigor de la normativa, que por lo general se respeta sin necesidad de sofocar ninguna rebelión. Con todo, desde el uno de enero, la organización de consumidores Facua ha registrado a través de su página web al menos una decena de denuncias por incumplimientos.

Muchos camareros reconocen no obstante que se sienten algo cohibidos cuando se ven obligados a reprender a alguien por un vicio que hasta hace poco no estaba prohibido. Una situación incómoda que irá solventándose cuando todos asuman su papel en el nuevo escenario que ha dibujado la ley.

«Mira la que se montó cuando entró el euro y ahora nadie se acuerda», recuerda un conocido hostelero de la ciudad ahuyentando los malos humos que se observan en el gremio. Pero no todos se lo toman con filosofía y, de hecho, la patronal ha advertido ya de las pérdidas que ocasionará la ley en los negocios de la provincia.

En la otra cara de la moneda, los clientes, que se ven cada día más presionados para cumplir con sus obligaciones: «La verdad es que es un fastidio tener que salir fuera, sobre todo cuando llueva que vamos a estar un montón de apretujados... Te entran ganas de irte a tu casa con tus amigos a tomar una copa, al menos hasta el día que lo prohíban».

En esta coyuntura, los fumadores de la provincia también reclaman su derecho a poder encender un cigarro en un bar y así se lo han trasladado a la Unión de Consumidores de Cádiz.

Es pronto todavía para hacer un balance definitivo de cómo está calando la ley, si bien de momento en la ciudad no se han registrado incidentes significativos ni un malestar demasiado grande.

Los grandes perjudicados son los hosteleros, ya que en el mejor de los casos «los clientes fumadores pasan menos tiempo en el mostrador, es decir, consumen y se van».

Por ejemplo el propietario del bar Juanito, Faustino Rodríguez, ya afirma que la presencia de clientes resulta ahora ligeramente inferior, al tiempo que destaca con cierta ironía como «hay más clientes fumadores que no fumadores o, al menos, es lo que se aprecia en las terrazas». En definitiva, «el tiempo dirá si afectará negativamente a los negocios». Eso sí, también hay quienes aseguran estar ganando clientes que antes huían de sus negocios por el humo del tabaco.