Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizJerez
Sepelio de Francisco González Cornejo en la Catedral. :: J.C.C.
Jerez

Adiós a González Cornejo, un sacerdote que marcó la diócesis

Falleció a la edad de 82 años, era prelado de honor de Su Santidad y ostentó los cargos más relevantes del Obispado Asidonense

J. V.
JEREZ.Actualizado:

Con el fallecimiento de Francisco González Cornejo se va un estilo de sacerdote, una forma de entender el ministerio muy alejada de la realidad actual, pero necesaria para comprender el compromiso y la dedicación que el sacerdocio requieren. «Ha sido un sacerdote bueno y santo», confesó el prelado de la ciudad, monseñor Mazuelos, en las exequias que presidió por el eterno descanso de su alma en el primer templo de la diócesis, la Catedral de Jerez. Una sede que se quedó pequeña para albergar a los fieles que quisieron acompañar a este veterano sacerdote, que entró por última vez en la seo con el paño mortuorio de la hermandad de la Clemencia, a la que vio nacer gracias a su compromiso con la parroquia de San Benito desde hacía cuarenta años. Durante el sepelio, fueron colocados sobre el féretro los Evangelios y su casulla morada, símbolos de su ministerio sacerdotal, y reveló que el sacerdote había solicitado en su testamento espiritual que quien presidiera sus exequias pidiera perdón por sus múltiples pecados y faltas.

Un simple sacerdote, sin mayores aspiraciones, pero que fue además de párroco, prelado de honor de Su Santidad, secretario general-canciller, director espiritual del Seminario Diocesano, de los Equipos de Nuestra Señora o de la Hermandad de la Clemencia así como de muchos fieles a título individual, debido a su carisma y preparación. Con González Cornejo, la diócesis de Asidonia queda un poco más huérfana de líderes espirituales sólidos, de sacerdotes entregados a sus feligreses. Y así lo quiso reconocer Jerez cuando llenó las naves de la Catedral, y la máxima autoridad jerezana, Pilar Sánchez, acudiendo al funeral por su alma. Ha sido sacerdote, nada más que sacerdote, y sólo sacerdote. Descanse en paz.