El Ejército, en su austeridad
Los recortes son difícilmente soportables si se quieren unas Fuerzas Armadas a la altura
Actualizado: GuardarAyer, durante la celebración de la Pascua Militar en el Palacio Real, el rey Juan Carlos elogió la contribución de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil al «esfuerzo de austeridad» obligado por la actual crisis económica, que «ha exigido priorizar las capacidades militares a alcanzar». Al propio tiempo, el monarca destacó la necesidad «de mejora constante» de la operatividad de las unidades, «sin merma de la seguridad» de las tropas. La ministra de Defensa, Carme Chacón, dio la razón al rey al reconocer que el presupuesto para este año es «austero», pero que esto no implicará una merma de la seguridad: «La defensa de España está por encima de cualquier coyuntura económica». Efectivamente, nuestras Fuerzas Armadas han sido ejemplares en el cumplimiento de unas obligaciones cada vez más complejas con restricciones presupuestarias cada vez más estrictas, quizá por la percepción social, sin duda equivocada, de que lo que se detraiga de estas partidas es más prescindible de lo que pueda ahorrarse en otros menesteres públicos. Pero lo cierto es que los recortes empiezan a ser difícilmente soportables si se quiere mantener un Ejército capaz de responder a los requerimientos que se le formulan. En 2011, y por tercer año consecutivo, se ha acordado una nueva reducción del Presupuesto de Defensa, que desciende en un 7% respecto al año 2010, con lo que el gasto en defensa se situará en 2011 en el 0,70% del PIB. Entre 2000 y 2011, en que el Presupuesto del Estado ha crecido un 40%, España ha reducido su presupuesto de Defensa en un 8,4%, lo que implica que el porcentaje sobre el PIB que representa el gasto público destinado a sostener a los ejércitos ha pasado en ese período del 0,95% del PIB al mencionado 0,70%. Tanto el rey como la ministra del Gobierno se deshicieron en merecidos elogios hacia una institución que, como recordó don Juan Carlos, proyecta la imagen de España en el exterior a través de sus impecables misiones internacionales. Sin embargo, empieza a ser evidente que estos homenajes que funden al Ejército con la Corona y con la sociedad dejarán de tener sentido si no se le proporciona a la Defensa Nacional los recursos precisos para sostenerse.