El presidente de Renault, Carlos Ghosn, durante una rueda de prensa en Bruselas. :: AFP
Economia

Renault suspende a tres ejecutivos por vender secretos estratégicos

El Gobierno francés reconoce un grave caso de espionaje industrial que enmarca dentro de un episodio de «guerra económica»

PARÍS. Actualizado: Guardar
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El grupo automovilístico francés Renault ha suspendido de empleo y sueldo a tres ejecutivos sospechosos de haber vendido a la competencia secretos sobre las baterías de los vehículos eléctricos, la gran apuesta estratégica de la compañía. El Gobierno galo reconoció ayer la gravedad del caso de espionaje industrial y habló de un episodio de guerra económica que va a conducir a reforzar los protocolos de seguridad y confidencialidad en las empresas, como la afectada, beneficiarias de dinero público.

A través del director de su departamento jurídico y de deontología, Christian Husson, Renault admitió que los hechos descubiertos son «muy graves» y que los presuntos traidores ocupan «posiciones particularmente estratégicas en la empresa». Su suspensión cautelar, a la espera de sanciones disciplinarias que pueden ir hasta el despido, se justifica para «proteger, sin demora, los activos estratégicos, intelectuales y tecnológicos de nuestra empresa».

El director jurídico explicó que una investigación interna, desencadenada hace varios meses por el comité de deontología, había permitido identificar un conjunto de elementos convergentes reveladores de que el comportamiento de los tres suspendidos era «contrario a la ética de Renault y ponía en riesgo consciente y deliberadamente activos de la empresa». El trío trabajaba hasta el lunes, cuando fue expulsado de manera fulminante de sus despachos, en las instancias dirigentes del Technocentre de Guyancourt, a las afueras de París, sede en la que Renault ha concentrado todos sus servicios dedicados al coche eléctrico.

Según filtraciones periodísticas, uno de los ejecutivos sospechosos de haber transmitido datos vitales al exterior forma parte del comité de dirección, órgano gestor de 27 miembros encabezado por Carlos Ghosn, consejero delegado de la multinacional. Se le acusa de haber vendido a la competencia informaciones secretas sobre las tecnologías y los sistemas de recambio de las baterías de los vehículos eléctricos.

Inversión millonaria

Renault y su aliado japonés Nissan ya han decidido invertir 4.000 millones de euros en el desarrollo del coche eléctrico con la ambición de alcanzar el liderazgo mundial del sector automovilístico. El principal desafío para sus departamentos de investigación y desarrollo es mejorar el rendimiento de las baterías para incrementar la autonomía del nuevo parque móvil.

Renault-Nissan y el grupo electrónico japonés NEC ya han desembolsado cerca de 1.500 millones de euros en el desarrollo de baterías de litio-ion. La alianza franco-nipona ha invertido unos 20 millones de euros al año para preparar la llegada de una nueva generación de baterías en el horizonte 2017-2018.

La apuesta de Renault por 'todo eléctrico' contrasta con la preferencia de los japoneses Toyota y Honda por los motores híbridos, utilizadores alternativamente de gasolina y electricidad. El también francés PSA Peugeot-Citroën ha optado por compatibilizar el eléctrico y el híbrido de diesel mientras los constructores acusan un retraso por su conversión tardía a la automoción eléctrica.

«Para Renault, se trata de hechos muy graves que implican a personas en posición particularmente estratégica en la empresa», indicó Christian Husson, director jurídico y deontológico de la multinacional francesa, según la agencia AFP.

El directivo justificó las destituciones en la necesidad de «proteger sin más demora los activos estratégicos, intelectuales y tecnológicos de nuestra empresa»,

«La expresión 'guerra económica', a veces excesiva, en este caso resulta adaptada», afirmó por su parte el ministro de Industria francés, Eric Besson, quien confirmó el jueves la gravedad de los hechos, en declaraciones a una radio.

«Sí, desgraciadamente, el caso parece serio», dijo Besson a la emisora privada RTL, señalando que había discutido el tema con la dirección general del gigante automotor francés. «Parece que (el caso) tiene relación con el automóvil eléctrico, pero no quiero decir más», precisó.

Tras la revelación del caso, Besson indicó que había reclamado que se refuercen las obligaciones en materia de secreto industrial para las empresas que se benefician de fondos públicos. Según Renault, la investigación interna lanzada en agosto de 2010 permitió identificar elementos suficientes para decidir la salida de los tres ejecutivos.