Solo pudo pasar el Barça

El Barcelona salió en San Mamés con una misión muy clara: abrir cuanto antes el resultado para no sufrir un infierno en un estadio abarratodo y entusiasmado con sus once 'leones, que como era de esperar salieron dando bocados.

Guardiola sorprendió dejando a un Iniesta cargado de partidos para dar entrada en el once inicial a Adriano, que hasta ayer no había aparecido en duelos importantes.

Y la verdad es que el equipo azulgrana estuvo a punto de conseguir en los primeros minutos de juego lo que se había propuesto en el vestuario pero un cabezazo de Villa, libre de marca y dentro del área pequeña, fue dirigido al cuerpo de Iraizoz, que ágil desvió el peligro.

El Barcelona se hizo dueño y señor del balón en los primeros 20 minutos pero el Athletic de Caparrós, poco a poco, fue adelantando sus líneas hasta el punto de complicar mucho la salida de balón de los catalanes.

Con más tensión e intensidad sobre el césped que ocasiones se llegó al descanso. Los sueños de los hinchas bilbaínos no solo permanecían al alcance sino que se acercaban a medida que los minutos avanzaban en el electrónico.

Guardiola dio entrada a Iniesta, que fue pitado otra vez, en la reanudación. Los vascos se crecían por cada minuto que pasaba pero poco a poco el Barça se hizo con el manejo del balón. Así estuvo la cosa hasta que en una de esas posesiones interminables de los azulgranas llegó el gol de Abidal, que se incorporó por su izquierda mientras Messi le aguantaba la pelota para cedérsela en bandeja de plata. Pero los leones son mucho más que un mito y, todo corazón, empataron el partido gracias a un punterazo certero de Llorente. Con un Villa negado, el Barça se fue al infierno y sufrió los indecible para pasar a los cuartos de final.