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Obama charla con los periodistas a bordo del Air Force One en el viaje de regreso de Hawai, donde el presidente y su familia han pasado las vacaciones navideñas. :: AFP
MUNDO

Obama busca parar la ofensiva republicana

Los conservadores estrenan hoy su mayoría en la Cámara Baja con el objetivo de anular varias reformas presidenciales

JUAN PABLO NÓBREGA
NUEVA YORK.Actualizado:

Consciente de los duros tiempos que se le avecinan, Barack Obama no esperó a aterrizar ayer en Washington para señalar las prioridades del nuevo curso político que se inicia hoy marcado por la pérdida de poder de los demócratas en el Congreso. A bordo del Air Force One tras su descanso navideño en Hawai, el presidente lanzó guiños a la nueva mayoría republicana en la Cámara de Representantes para que no lleve a cabo su anunciada campaña obstruccionista contra las principales leyes aprobadas en 2010 o sus pretensiones de acometer severos recortes en el presupuesto federal justo cuando la situación económica empieza a mostrar un comportamiento más positivo.

«Mi esperanza es que John Boehner y Mitch McConnell -los nuevos líderes de la oposición- se darán cuenta de que en 2012 habrá tiempo de sobra para hacer campaña y que nuestro trabajo ahora es apuntalar la recuperación», señaló el inquilino de la Casa Blanca.

Mucho tendrán que negociar los hombres del presidente para frenar algunas de las controvertidas iniciativas de la agenda republicana. La más inmediata, con una votación prevista para el día 12, es el intento de revocar la ley de reforma sanitaria, uno de los hitos de la actual Administración. A pesar de la importancia de la medida, que sienta las bases para la universalización de la cobertura médica en un país con uno de los sistemas más desiguales del mundo, la derecha ha obtenido un amplio respaldo en las urnas para desmontarla antes de que entre en vigor.

En una de las últimas justificaciones para echar por tierra la ley, el portavoz conservador, Brad Dayspring, se apoyó en el argumento tantas veces utilizado de que la reforma «es una gran destructora de empleos para las empresas», por lo que entiende que la prioridad es «recortar el gasto» como fórmula para hacer crecer la economía y los puestos de trabajo.

La modesta legislación aprobada en marzo contempla, entre otros aspectos, proporcionar un seguro médico a millones de estadounidenses que no lo tienen. Aun así, las encuestas son persistentes y muestran que los votantes están muy divididos a la hora de apoyarla. Para los políticos de la derecha, condicionados también por la aparición del movimiento ultraconservador Tea Party, no hay términos medios y la etiquetan como una medida intervencionista sin más.

Otra promesa electoral que los republicanos se proponen cumplir a rajatabla es el recorte drástico del presupuesto federal en unos 75.000 millones de euros, una apuesta destinada a aligerar el enorme déficit con riesgos sustanciales para el devenir de la economía y que pesaría como una gran losa en las de por sí precarias cuentas de los gobiernos estatales.

Debate feroz

El debate en este terreno promete ser feroz dado que el recorte afectaría al grueso los departamentos ministeriales. Si bien los republicanos han dudado a la hora de desvelar qué capítulos se llevarían la peor parte, no han tenido ninguna duda en dejar claro que los únicos que están exentos del 'tijeretazo' son los gastos de defensa, seguridad nacional y de veteranos del Ejército. En cualquier caso, las pretensiones de los nuevos dueños de la Cámara de Representantes no son fáciles de plasmar en leyes, sobre todo en la escala que se han propuesto. Porque los demócratas siguen teniendo la llave del Senado y porque Obama siempre podría recurrir el derecho de veto que le otorga la Constitución.

Pese a que las espadas están en alto, el mandatario volvió a mostrar ayer el mismo talante bipartidista con el que obtuvo sonadas victorias legislativas en diciembre. «Durante un tiempo van a cortejar (los republicanos) a su base electoral», reflexionó. «Pero soy muy optimista de que reconocerán que nuestro trabajo es gobernar y asegurar de que estamos creando empleos y economía competitiva».

Entre las áreas donde la Casa Blanca prevé una posible colaboración se encuentra la reforma educativa, donde está pendiente renovar la ley 'Que ningún niño quede atrás'. También podría aprovechar la mayoría republicana para sacar adelante los tratados de libre comercio con Colombia y Panamá.