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El asesinato del gobernador del Punjab agudiza la crisis paquistaní
Salman Taseer fue tiroteado por uno de sus guardaespaldas al paso del convoy oficial por una zona comercial de Islamabad
Actualizado: Guardar«Salman Taseer es un blasfemo y este es el castigo para los blasfemos». Esta fue la justificación de Malik Mumtaz Hussein Qadri, según la cadena de televisión Dunya, tras asesinar al gobernador de la provincia del Punjab. El joven de 26 años nacido en el extrarradio de Islamabad dejó su uniforme de miembro de la Fuerza de Élite de Pakistán por un día, apuntó con su pistola a la persona a la que le había tocado proteger en más de una ocasión y le disparó a bocajarro. No le mató por ser miembro histórico del Partido del Pueblo de Pakistán (PPP), le metió nueve balas en el cuerpo por su apoyo en los medios a la campesina cristiana Asia Bibi, condenada a muerte por presuntos insultos a Mahoma y para la que pidió el indulto, y sus críticas a las leyes antiblasfemia vigentes en el país desde los ochenta.
El gobernador del Punjab, región que es el auténtico motor económico y político de Pakistán, murió a los 66 años en el mercado de Kohsar, en el centro de la capital. En un país acostumbrado a los ataques de los grupos islamistas radicales -desde 2007 más de 4.000 personas han perdido la vida víctimas de la violencia fundamentalista-, los grandes líderes no son invulnerables a estos atentados. Taseer es la figura más relevante que muere tras el asesinato de Benazir Bhutto en Rawalpindi en 2007. Como en el caso de Bhutto, su nombre figuraba en la lista de políticos señalados por las fatuas (edictos religiosos) de los clérigos fundamentalistas a los que él llamaba «analfabetos». Muchos tienen tribuna abierta cada viernes en las mezquitas y su mensaje es capaz de llegar a todas las esferas de la sociedad, incluidos los miembros de la Fuerza de Élite que protege a los líderes políticos. El caso de Asia Bibi ha logrado llamar la atención internacional sobre la polémica ley paquistaní que permite la condena a muerte en caso de blasfemia.
Tras una discusión con un grupo de campesinas en el año 2009, según la agencia Asianews, Bibi, de 45 años y madre de cinco hijos, se negó a convertirse al islam argumentando que «Jesús murió en la cruz por los pecados de la humanidad» y preguntó a las musulmanas qué había hecho Mahoma por ellas. Cuestión que le valió la denuncia del imán de su localidad y la posterior condena a muerte. Tras las peticiones de organizaciones de derechos humanos de todo el mundo, el presidente Asif Ali Zardari firmó la orden de indulto en noviembre, pero el Tribunal Superior de Lahore intenta obstaculizarlo.
Las autoridades han decretado tres días de luto nacional y el primer ministro y amigo personal del gobernador asesinado, Yusuf Raza Gilani, ha cancelado todos los actos de su agenda. La muerte de Taseer abre un paréntesis en el torbellino político paquistaní y en la complicada situación que atraviesa un Gobierno que ha perdido la mayoría en la Cámara.