El PP no ve peligro de cisma en Asturias pese al goteo de bajas
La directiva popular confía en que la controversia por el portazo de Cascos se diluya con el inicio del próximo curso político
MADRID.Actualizado:La reacción de Francisco Álvarez Cascos de abandonar el PP y de amagar con formar un nuevo partido entraba dentro de las cábalas de la dirección del PP. Lo que no tenía tan claro es la envergadura del efecto dominó que podría provocar la marcha del ex secretario general de los populares entre la militancia. Los dirigentes asturianos aseguraron que los incondicionales de Cascos conformarían una «minoría insignificante». El tiempo, de momento, les está dando la razón para sosiego de la dirección nacional.
Sólo 39 de los 21.660 afiliados con los que cuenta el PP en Asturias han pedido la baja. Entre los que han entregado sus carnets no se encuentra ningún parlamentario nacional, alcalde, concejal o presidente de Junta Local, con la única excepción del diputado Pelayo Roces, hasta el lunes, ex vicepresidente segundo del Parlamento asturiano. Los doce alcaldes populares en la región, que se alinearon con los 'casquistas', han dado un paso atrás a la espera de lo que digan sus bases. «Si se hubieran dado de baja mil personas se podría hablar de cisma, pero menos de medio centenar no son significativas», comentó un miembro del comité ejecutivo nacional del PP.
La dirección del partido opositor, al menos de momento, campea el temporal sin necesidad, ni siquiera, de que intervengan ni Mariano Rajoy ni María Dolores de Cospedal, que disfrutan de unos días de vacaciones con sus respectivas familias. Lo curioso es que mientras el principal responsable del PP aún no se ha manifestado públicamente sobre la polémica con Cascos, su principal rival político, sí lo ha hecho. Al meditado silencio de Rajoy respondió ayer José Luis Rodríguez Zapatero acusando al PP de carecer de un procedimiento de elección de candidatos «democrática», a semejanza de las primarias en el PSOE. El presidente del Gobierno aseguró que «el problema de lo que ha pasado con Cascos no está en la personalidad de Cascos o en que Rajoy le caiga mejor o peor» sino en la falta de «democracia» interna.
Zapatero, no obstante, dejó entrever que el movimiento de Cascos será un fracaso. «Aquellos que se creen grandes políticos, o políticos más grandes que su partido, acaban formando partidos mucho más pequeños que su partido», remachó. El PP, por lo tanto, dice tener controlada la situación en Asturias y en el resto de España el portazo de Cascos apenas ha tenido relevancia interna - «la gente está preocupada por el paro y pensando en los regalos de Reyes», acotó la fuente popular- , salvo la anécdota del adiós del ex alcalde popular de Granada Gabriel Díaz Berbel, que lleva más de una década desvinculado de la primera línea política.
Pasada la cresta de la ola de esta controversia, la cúpula del PP confía en que el asunto se diluya tras las fiestas navideñas y, sobre todo, con el nuevo curso parlamentario. Lo que está claro es que las elecciones autonómicas en Asturias han pasado de carecer de trascendencia en el cómputo de la política nacional a ser uno de los focos que será más seguido el 22 de mayo.
No hay polémica
Una derrota del PP, pese el viento a favor que constatan las encuestas, se achacaría al «error estratégico» de no designar a Cascos como cabeza de cartel. Curiosamente, el portazo de Cascos y el anuncio de la creación de una nueva formación de centroderecha en Asturias han jugado a favor de Rajoy. «Muchos militantes no entienden como una persona que ha sido el 'número dos' del PP puede retar a los órganos de decisión del partido», apostilló un portavoz del partido.
De hecho, el PP de Madrid, cuya presidenta se había mojado públicamente en favor de la opción Cascos, matizó su postura. Francisco Granados, secretario general de los populares madrileños, mantuvo la tesis de su compañero Ignacio González de que el adiós del que fuera vicepresidente en el Gobierno de José María Aznar «perjudica a los intereses del país», aunque puso el acento en que entre los populares «no hay ninguna polémica, sino absoluta tranquilidad».
Javier Arenas, de guardia esta semana, tuvo que salir a la palestra presionado por las preguntas de los informadores. No vaciló en asegurar que la «marca PP» será la que triunfe en Asturias.