El antecedente del expresidente Sergio Marqués
OVIEDO.Actualizado:La fractura que vive el PP asturiano tiene un precedente en 1998, cuando el enfrentamiento entre Francisco Álvarez-Cascos y el entonces presidente del Principado, Sergio Marqués, terminó con la expulsión del PP de este último, que fundó un partido de corte regionalista. Cascos rechazó las comparaciones entre ambos casos, y no le falta razón, pero sí existe una gran semejanza que las alimenta: su presencia en el centro del conflicto.
En 1998, el PP gobernaba en España y en Asturias, y Álvarez-Cascos era vicepresidente primero del Gobierno y el hombre de confianza de Aznar. Hoy, el PP está en la oposición, tanto en el ámbito nacional como en el autonómico, por lo que la repercusión institucional y la sangría de cargos públicos es incomparablemente menor. No son pocos quienes están convencidos de que la herida de 1998 constituyó la génesis del declive político de Cascos consumado en 2004 con su retirada.
No es descabellado pensar que, en realidad, aquel viejo conflicto, que nunca llegó a cerrarse del todo, es la causa del empecinamiento de la dirección del PP de Asturias en que Cascos no aterrice en la región. Al desinflarse el partido fundado por Marqués, Unión Renovadora Asturiana (URAS), muchos significados militantes de esa formación volvieron a cobijarse bajo las siglas populares. Para todos ellos, y muchos otros que sufrieron aquella guerra intestina, el regreso de Cascos al Principado era inaceptable.
En la actualidad, URAS ha perdido a chorros su presencia en la sociedad asturiana, conserva algún alcalde en municipios de escasa entidad, pero en las elecciones autonómicas de 1999 fue determinante para el descalabro del PP, que desde entonces está en la oposición.