Rouco cree que se viven «horas dramáticas» para la familia cristiana
Miles de personas se congregan en Madrid para celebrar la Misa de las Familias y reciben desde Roma la bendición del papa Benedicto XVI
MADRID.Actualizado:Miles de personas acudieron ayer a la llamada del cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela, para celebrar la Misa de las Familias en la plaza de Colón. Acompañado por 50 obispos y cardenales españoles y de otros países europeos, alentó a las familias cristianas a mantener su fe y a superar con ella todos los avatares económicos y políticos y el «drama» de las personas que se han quedado en el paro. «Cuántos son los que han encontrado en la familia remedio y amparo», se preguntó el máximo responsable de la diócesis madrileña.
Rouco optó en la homilía por no comenzar ninguna polémica con el Gobierno, al que no citó en ningún momento durante su discurso. Se limitó a enumerar los ataques que las familias cristianas viven en toda Europa, donde se están produciendo «las horas más dramáticas y complejas» de la historia del continente. «Nos encontramos ante un reto histórico formidable: ser los signos e instrumentos imprescindibles de la esperanza para Europa», exhortó el cardenal ante los miles de fieles, llegados de todos los puntos de España, Italia, Portugal, Polonia o Gran Bretaña.
El presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE) explicó durante la misa, cuyo lema era 'La familia cristiana, esperanza de Europa', que el futuro del ser humano no se puede entender si se prescinde «del matrimonio y la familia», ya que sería imposible construir una «sociedad libre, justa y solidaria». Sin embargo, Rouco Varela indicó que el núcleo familiar está sufriendo una andanada de ataques que quieren terminar con la institución. «Se ciegan las fuentes de la vida con la práctica permisiva del aborto. Se banaliza con la eutanasia, hasta extremos hasta hace poco impensables, la responsabilidad de vivir y de respetar la vida del prójimo», se lamentó Rouco.
En su repaso a los males de la sociedad actual, el cardenal de Madrid también citó las rupturas matrimoniales, que provocan que los niños crezcan «desconfiados y desconcertados», y el enfriamiento de las relaciones sociales. «Nos endurecemos ante el dolor y las necesidades de nuestros vecinos», criticó Rouco, quien también alertó del envejecimiento de la sociedad y que la crisis demográfica pone en peligro «el futuro de nuestros marcos de vida y bienestar económico y social». Ante estas dificultades, el prelado pidió a las familias más que nunca fe para superar las dificultades actuales: «No hay que tener miedo a afrontar la responsabilidad histórica de vivir el matrimonio y la familia cristianamente con la fortaleza de la fe».
Recuerdo del papa
Antes del comienzo de la homilía, los miles de personas congregadas -un millón según la organización- recibieron un mensaje del papa desde Roma. Benedicto XVI solicitó a las familias que sean «auténticos santuarios de fidelidad, respeto y comprensión» y les pidió que se conviertan en «genuinos servidores del amor que acoge, acompaña y defiende la vida». Durante el Ángelus, alentó a vivir con renovado entusiasmo la vocación cristiana en el seno del hogar, y a celebrar el valor del matrimonio y la familia.
Era la cuarta vez que esta celebración se realizaba en la madrileña plaza de Colón y siempre con buen tiempo, como recordó el cardenal. Unos dos mil voluntarios colaboraron para que el acto transcurriera sin problemas. Como en años anteriores, la eucaristía finalizó con la entrada de los Reyes Magos, tres días antes de lo que suele ser habitual. Montados en sus camellos, Melchor, Gaspar y Baltasar llegaron a Madrid para adorar al niño Jesús e hicieron las delicias de los más pequeños, que les lanzaron cientos de besos y les recordaron sus regalos.