Cae «el asesino de asesinos» colombiano
La policía mata a tiros a Pedro Guerrero, un temido narco acusado de degollar con su famoso cuchillo a más de 3.000 personas
Actualizado:Pedro Oliverio Guerrero, apodado 'Cuchillo' por su gusto por degollar o mutilar a sus más de 3.000 víctimas, era un importante y temido capo del narcotráfico y paramilitar convertido en una especie de leyenda. Se decía que era intocable. Pero su suerte cambió mientras brindaba por una Nochebuena feliz con sus hombres más cercanos, mujeres y niños. Las balas de la policía le hirieron de muerte. Guerrero huyó pero su cuerpo fue encontrado cuatro días después en estado de descomposición. «Cayó el asesino de asesinos», confirmaba ayer el presidente Juan Manuel Santos.
La puntería del operativo llevado a cabo por la policía y la fuerza aérea en el sur de Colombia -siete lugartenientes fueron abatidos o capturados y dos policías murieron en el enfrentamiento- estuvo afinada por varios chivatazos, que recibirán la recompensa ofrecida por el Gobierno de 1,9 millones de euros. «Llevábamos detrás de él muchos años. Aquí se demuestra que nadie escapa a la contundencia, coraje y determinación de nuestras fuerzas armadas», agregó Santos.
Pedro Oliverio, cuyo cuerpo no presentaba heridas de bala, llevaba dos pistolas -una chapada en oro- y en las manos el temible cuchillo con el que mutilaba a los campesinos cuando se iban de la boca. «Esa es la calaña del personaje que acaba de caer», afirmó el mandatario. Santos aprovechó para advertir al resto de jefes guerrilleros, paramilitares y narcos que «todos van a caer. Aquí no se va a salvar ninguno. Vamos con igual contundencia detrás de las bandas criminales como de la guerrilla».
Manicura y pedicura
La policía cree que 'Cuchillo' murió ahogado al caer a un pozo de 4 metros de profundidad durante el tiroteo. Los forenses confirmaron su identidad por las huellas dactilares. El seguimiento fue tan estrecho que las autoridades sabían que se había cortado el pelo y hecho la manicura y pedicura para celebrar la Navidad. Guerrero, de 40 años, entró en las filas paramilitares de extrema derecha de joven. En 2006 se presentó, junto a sus hombres, al proceso de desmilitarización pero nunca se acogieron a la ley y regresó a la clandestinidad donde creó una banda armada que llamó Ejército Revolucionario Popular y Anticomunista (ERPAC). Con sus mil miembros provenientes del Bloque Centauros y de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) -ambas organizaciones de paramilitares-, controlaban zonas del centro y sur del país, como Guaviare, Caquetá, Arauca, Metá, Vichada y Guanía.
El ex paramilitar tenía 15 órdenes de captura en su contra por extorsión, narcotráfico y homicidio, así como 36 procesos abiertos en la Fiscalía por desplazamiento forzado, reclutamiento ilícito, tortura y desaparición forzada. Sus hombres acumulan 265 órdenes de captura de las que se concretaron 165 detenciones. Santos se apunta así un nuevo tanto y cierra los primeros seis meses de gobierno con éxitos. En el orden interno sigue la presión contra los grupos armados y ha bajado el tono a la confrontación política nacional, al tiempo que en la arena internacional ha logrado lo que parecía imposible: normalizar las relaciones diplomáticas con Venezuela y con Ecuador.