El anuncio de la discordia
El último 'spot' de Repsol enfada al alcalde de Alocén, un bello pueblo de Guadalajara
Actualizado:Plazas mayores, alojamientos rurales, ermitas con siglos de antigüedad, calles empedradas y pantanos. Son algunos de los encantos que comparten los pequeños pueblos de la zona de los Embalses, cercana a Entrepeñas, en la provincia de Guadalajara y a una horita de Madrid. Normalmente ese parecido y esa propiedad compartida no dan problemas... Hasta que viene Repsol, graba un anuncio y saltan chispas. Y es que aunque la compañía deja claro que se trata de una ficción publicitaria, utiliza imágenes de un par de pueblos y se las adjudica a otro, el protagonista del anuncio -el que sale ganando unas líneas más de texto en la Guía Repsol según el argumento del 'spot'-. A algún alcalde la cosa no le ha sentado bien.
Es el caso del de Alocén, al que pertenecen la mayoría de las imágenes que aparecen en el anuncio. Jesús Ortega sabe que su pueblo se vende solo. «El embalse está a 700 metros de altitud y nuestra localidad a mil, con impresionantes vistas sobre kilómetros de pantano», describe. «Turistas no faltan». Por eso no tuvo problema en abrir sus puertas a la grabación de sus calles a pesar de ser consciente de que el nombre del pueblo no aparecería por ningún lado. De paso, invitó a los publicistas «a que rodaran en Pastrana, a unos kilómetros de aquí, porque tiene un buen patrimonio y les dije que merecía la pena». Lo hicieron.
«Nunca se me ocurriría pedir que pusieran el nombre de los pueblos en la televisión, entiendo que no se trataba de eso», explica, experimentado ya en publicidad porque allí se rodó también un 'spot' de BMW. Pero otra cosa es poner la tele el día del estreno y ver que sus calles y plazas tienen nuevo dueño: El Olivar, a cuatro kilómetros. Por tener, el pueblo vecino tiene, en la ficción, hasta gasolinera. «Y no la hay en treinta kilómetros a la redonda», dice Ortega.
Al día siguiente de ver el resultado de los rodajes, el alcalde, enfadado, mandó una carta a Repsol y habló telefónicamente con la responsable de marketing. «Ella me dijo que era un anuncio-ficción... ¿Cómo, si eran imágenes reales de nuestros pueblos?», se pregunta. «¡Si ese ayuntamiento, esa plaza y ese restaurante que aparecen existen y están aquí, en Alocén! Me quedé a la espera y, que yo sepa, ya han cambiado el contenido del anuncio», se congratulaba ayer.
El alcalde asegura que tan sorprendidos e indignados como él andan sus vecinos. «Es que es poco serio». Pero, aunque la semana pasada la zona parecía revuelta, con cruce de declaraciones entre los primeros ediles de Alocén y El Olivar, el asunto no pasará a mayores. «El problema era el trabajo de Repsol», reconoce Ortega. «Aunque si yo fuera el alcalde de El Olivar y en vez de imágenes de mis calles salieran como mías las de otro sitio, no lo admitiría. Hay que ser responsable».