Un tribunal materializa el deseo de Putin de mantener en la cárcel a Jodorkovski
Un juez condena por segunda vez al opositor y exmagnate de Yukos un año antes de que quedara en libertad
MOSCÚ.Actualizado:Se ha vuelto a demostrar que el primer ministro ruso, Vladímir Putin, controla los hilos de todo lo que pasa en su país, incluyendo las decisiones judiciales. El pasado día 16, en otro de sus baños de masas televisivos, el primer ministro marcó el camino que debía tomar Víctor Danilkin, juez del tribunal del distrito moscovita de Jamóvniki. La sentencia no ha defraudado las expectativas del hombre fuerte de Rusia al hallar culpables de robo y blanqueo de dinero al expresidente de la petrolera Yukos, Mijaíl Jodorkovski, y a su socio Platón Lébedev.
El resto de la sentencia se dará a conocer en los próximos días, pero parece ya evidente que Jodorkovski, considerado por la oposición rusa y las organizaciones de derechos humanos un «preso político», no saldrá a la calle el año que viene. El magistrado aseguró que los dos acusados dirigieron el blanqueo de dinero desde la propia celda.
Inna, la esposa del empresario, cree que su marido permanecerá en prisión por lo menos hasta 2012, cuando se celebran las próximas elecciones presidenciales. Según todos los indicios, a esos comicios se presentará Putin, a quien no le conviene tener en libertad a un mártir que no hace más que repetir que la corrupción en Rusia se ha disparado en los últimos años.
El fiscal ha pedido para Jodorkovski y Lébedev 14 años de cárcel. Al haber cumplido ya casi 8, la puesta en libertad se aplazaría hasta 2017, suponiendo que no aparezcan nuevas imputaciones. En una entrevista publicada el pasado domingo en la revista 'Snob', Inna asegura que, aunque su cónyuge saliese del penal después de las elecciones, «no se puede saber lo que ocurrirá con él después». La mayoría de los politólogos y columnistas rusos opinan que «nadie pondría probablemente la mano en el fuego en relación con la honestidad de Jodorkovski». María Lipman, analista del centro Carnegie de Moscú, comparte ese juicio, pero afirma que «los motivos reales de su encarcelamiento son de naturaleza política».
Culpable de siete delitos
Tras el primer juicio, que finalizó en mayo de 2005, fue declarado culpable de siete delitos: estafa, robo agravado, apropiación indebida de fondos, fraude fiscal, evasión fiscal como persona física y jurídica, así como falsificación de documentos. Jodorkovski y Lébedev fueron entonces condenados a ocho años de prisión, que han venido cumpliendo en un penal cercano a la localidad siberiana de Chitá. Mientras tanto, Yukos era troceada y entregada en su mayor parte a la petrolera estatal rusa Rosneft.
Cuando el recluso podía haber solicitado el régimen abierto por haber cumplido la mitad de la condena, le fueron de nuevo presentados nuevos cargos por el robo de 218 millones de toneladas de crudo y por blanquear el dinero obtenido con su venta. La nueva imputación impidió su puesta en libertad. Los abogados afirman que no han sido probados los hechos y califican el proceso de «farsa».
El segundo juicio comenzó el marzo de 2009 y terminó el pasado 2 de noviembre. La sentencia debería haber empezado a ser leída el 15 de diciembre, un día antes de que Putin ofreciese otra de sus maratonianas comparecencias televisivas, pero se pospuso hasta ayer. Durante aquel programa, el primer ministro ruso dijo: «Si observamos la práctica que se sigue en otros países, a Bernard Madoff le han caído 150 años de cárcel en Estados Unidos por un delito similar». «El ladrón debe estar tras las rejas. Los delitos de robo y malversación que se le imputan han sido demostrados», zanjó.
Las palabras de Putin llevaron a los abogados del empresario a protestar por lo que consideran una «flagrante injerencia» del jefe del Gobierno en la decisión del tribunal moscovita. Hasta el actual mandatario del país, Dmitri Medvédev, admitió implícitamente que la actuación de Putin no fue correcta al señalar que «ni el presidente ni otro responsable tienen derecho a expresar su postura hasta que se anuncie el veredicto».