Vista aerea de la carretera de acceso a la Zona Franca
Cádiz

La última expansión posible en Cádiz

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Ambas partes lo definieron como zona "obsoleta", pero bien podrían haber utilizado palabras como cochambre. El recinto exterior de la Zona Franca, el conjunto de naves y recintos industriales ubicados en la enorme franja entre Puntales-Loreto y la conexión con la Península Ibérica por Cortadura es un conjunto de grandes locales vacíos y abandonados en muchos casos. También hay solares inutilizados y, entre ellos, muchas empresas que necesitan un mejor entorno en el que desarrollarse.

El retraso, de 30 años, es tal que Zona Franca y Ayuntamiento reconocen la urgencia. "Es el mayor reto" que incluye el nuevo Plan General de Ordenación Urbana. Ninguna oportunidad mayor de transformación tiene la ciudad de Cádiz. Para cumplirla, para "desarrollar lo que se pinte en el papel en el menor tiempo posible", Teófila Martínez y José de Mier acaban de firmar el convenio de promoción y transformación del recinto exterior de la Zona Franca. Tras dos años de estudio técnico, ha llegado el momento de ponerse manos a la obra. El trabajo empezará el próximo lunes 3 de enero, el primer día hábil de 2011. Técnicos de las dos administraciones formarán parte de un estamento que servirá de punto de información, ventanilla única y equipo de seguimiento. El objetivo es empezar, una a una, a reconstruir cada nave, cada manzana de una de las dos zonas que servirán de entrada a la ciudad. En total, 1,2 millones de metros cuadrados. Se estudiará cada caso, pero hay prisa. Son tres décadas de decadencia desde que el sector naval empezó a menguar y a dejar instalaciones sin uso. De Mier insiste en que si el PGOU habla de un plan bianual, "serán dos años" y que cada plazo se respetará. Teófila Martínez adelanta que dentro de un año exacto deben estar en marcha las primeras obras e incluso vaticina que empezarán por Talleres Faro, donde se concentran buena parte de las naves abandonadas y donde coinciden más cantidades de suelo directamente controladas por Zona Franca y Ayuntamiento, sin patrimonio privado intermedio.

Será el primer paso en un largo camino que debe transformar el recinto exterior al pie del puente Carranza en una zona más urbana. Con protagonismo industrial pero "con aparcamientos subterráneos, servicios de todo tipo, acerados nuevos, plazas interiores, edificios capacitados para acoger actividad comercial de distinta naturaleza". Se trata, en suma, de convertir ese millón largo de metros cuadrados en una parte más de Cádiz. De Mier y la alcaldesa recordaron que ese recinto exterior, sumado a suelo portuario y a terrenos de Astilleros, forman la mitad de la superficie total del pequeño itsmo de Cádiz. El lunes comienza, por tanto, la transformación de media ciudad.