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Economia

La 'congelación' de los veranos de 2007 y 2010

M. J. A.
MADRID.Actualizado:

El Gabinete Zapatero ha optado por trasladar al precio que pagan los consumidores todo el impacto de la fórmula que se utiliza para calcular la tarifa eléctrica, pero hubiera podido atenuarlo. Los Gobiernos socialistas, que heredaron del último mandato del PP un déficit eléctrico -diferencia entre los costes reconocidos a las compañías y los ingresos anuales de las empresas de generación- idearon un complejo mecanismo que debiera recoger todos los factores, con el fin de evitar nuevos desfases. Pero en los veranos de 2007 y 2010, motivos «políticos y no técnicos» dieron al traste con la aplicación de los aumentos determinados de forma automática.

El pasado 1 de julio, en plena crisis económica, y con los ingresos familiares seriamente tocados, la aplicación de la Tarifa de Último Recurso hubiera debido suponer un incremento del 7,5% para los usuarios domésticos. Pero el Gobierno se sacó de la manga un entendimiento de última hora con el PP, y con el pretexto de suscribir «un acuerdo de Estado», optó por congelar el recibo de la luz para 26 millones de consumidores, entre hogares, autónomos y pequeño comercio. El 'pacto por la energía' sigue sin sustanciarse.

Hay otros precedentes de congelación. En el verano de 2007, cuando ni siquiera se había puesto de manifiesto la crisis de las hipotecas basura en Estados Unidos, Zapatero enmendó la plana al Ministerio de Industria. Este departamento, entonces dirigido por Joan Clos, propuso para el 1 de julio de ese año un incremento medio del 1,8% en el recibo de la luz de los consumidores domésticos.

Fue el presidente del Ejecutivo quien decidió la congelación de la tarifa doméstica, así como repercutir los aumentos en industrias y comercios .El dirigente socialista había prometido que el precio de la luz no subiría más que la inflación y ya se había incrementado el 4,5% en enero de ese año.