El acabose de la pareja

Todo comenzó, como casi siempre, por el mal uso de las palabras. Porque éstas no se adecuaban, no se ajustaban a los conceptos que pretendían expresar.

Primero fueron fallos por exceso. A todo se llamaba 'pareja'. Lo mismo fuese un matrimonio, civil o canónico, una pareja de hecho o de derecho, homo o hetero.

Después vino el fallo 'por defecto'. Los del papel couché y la tele rosa se inventaron 'la pareja' de un solo elemento, miembro o miembra: 'He cambiado de pareja', 'Tengo nueva pareja', 'Soy feliz con mi pareja'. ..

Pues ya digo. El mal uso de la palabra 'pareja', por exceso o por defecto, ha llegado a la Institución más Benemérita, a la que había sido, hasta ahora, la unión más indisoluble, a la pareja por antonomasia, a la formada por dos miembros, dos números, dos guardias civiles.

Lo he leído en los periódicos: 'Patrullas unipersonales sustituirán a la pareja de la Guardia Civil de Tráfico en las autovías'.

No, si yo lo comprendo. Y que ese «solo agente» y su coche, en las vías rápidas, contarán con sistemas de audio y vídeo, ordenador portátil, datáfono y 'lidar', un radar que utiliza luz láser...

No, si servidor no está en contra del progreso. (¿Será eso lo que los políticos llaman ser tolerante y progresista?)

Pero, ¿qué quieren que les diga? También soy un 'mijilla' sentimental y nostálgico. Llevaba algún tiempo echando de menos el brillo acharolado de los tricornios. Y encima, ahora, se acaba la pareja de motoristas, desaparecen los gemelos.

Si verdaderamente lo siento es por el 'Romancero gitano' de García Lorca.

'Con el alma de charol/ vienen por la carretera. Avanzan de dos en fondo/ a la ciudad de la fiesta. Un rumor de siemprevivas/ invade las cartucheras./ Avanzan de dos en fondo./ Doble nocturno de tela'. Ya digo, esto es el acabose.

¡Ay Federico García,/ llama a la Guardia Civil!