Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Editorial

El rey impulsa las reformas

Don Juan Carlos centra su discurso de Nochebuena en la lucha contra la crisis

Actualizado:

El discurso regio de Nochebuena, pergeñado con exquisita sensibilidad, fue esta vez casi monográfico sobre la crisis económica, con especial mención a las víctimas de la situación -los parados, sobre todo, y los parados jóvenes en particular- y un impetuoso llamamiento a «seguir adelante con empeño, ganar la batalla del paro con decisión, constancia y firmeza; mejorar en productividad y competitividad, en educación e innovación; y volver a situar a nuestra economía con visión de futuro en el pelotón de cabeza, manteniendo nuestra protección y cohesión sociales». Con realismo, y resumiendo los grandes criterios que hoy imperan en Europa, el rey recordó que «sin crecimiento adecuado no crearemos empleo», y que, «para crecer como necesitamos, debemos proseguir y abordar juntos las reformas necesarias, cumpliendo además nuestros compromisos en materia presupuestaria y de déficit». En definitiva, el rey sugiere un acuerdo político para modernizar y generar confianza. Don Juan Carlos siempre ha actuado como referente y como punto de anclaje de nuestra coyuntura, y también esta vez, en el ejercicio de sus funciones constitucionales, ha creído necesario estimular al país, que se encuentra decaído y atemorizado. «Somos una gran nación», ha recordado el rey antes de conminarnos a «desterrar el desánimo, levantar la cabeza, aunar esfuerzos y continuar la faena». Para ello, y dado que el rey no puede ni debe descender a las estrategias concretas, ha recomendado unidad, responsabilidad y solidaridad: «debemos unir nuestras fuerzas para alcanza nuevos logros colectivos, con confianza en nosotros mismos y en nuestro país». El discurso, falto esta vez de otras menciones retóricas que eran habituales, se ha detenido en un asunto significativo: tras agradecer el afecto de los españoles, especialmente este año, y el activo apoyo del Príncipe de Asturias, ha asegurado que sigue y seguirá «cumpliendo siempre con ilusión» sus funciones constitucionales al servicio de España. «Es sin duda mi deber -ha dicho-, pero es también mi pasión». En otras palabras, tras su problema de salud, el rey se siente recuperado y capaz, y dispuesto a seguir sirviendo como siempre a este país.