CÁDIZ-IBEROAMÉRICA
Actualizado:No hay semana que se acabe sin que se anuncie uno o dos congresos, seminarios o encuentros profesionales de ámbito latinoamericano para celebrar en Cádiz durante 2012, un año que se acerca peligrosamente. De llevarse a cabo todos ellos, medio continente - con la preceptiva licencia de la exageración gaditana- va a pasar por aquí: los abogados, los arquitectos, los ambientalistas, los académicos de diverso pelaje, los empresarios, los periodistas, los parlamentarios, los constitucionalistas, los artistas, las feministas, los touroperadores, los escritores, los jefes de Estado y de Gobierno con sus correspondientes séquitos y su agenda previa de reuniones de expertos y ministeriales, sus lobbys, sus jefes de protocolo...
Cádiz va a entablar de facto una relación muy intensa con el subcontinente, con muchos y muy diversos puentes que van a ir más allá de la mera retórica. Pero esta relación debe reinventarse, porque ya no puede más transitar por los viejos cauces paternalistas de la antigua palabrería de la «madre patria» y «los pueblos hermanos», que tanto suena aún a los sueños imperiales falangistas.
Hay que prepararse para ello a conciencia, porque se trata de una oportunidad de futuro que no se puede dejar pasar. De hecho va a ser «La Gran Oportunidad» que el Bicentenario brindará a la ciudad, tal y como están las cosas. Las relaciones de poder están cambiando y América ya no es «el patio trasero» de Estados Unidos, como dijo recientemente «The Economist», sino que está creciendo a un ritmo mucho mayor que los grandes de Occidente. En este mundo en cambio hay que ver claro que los «emergentes» son ya «emergidos» y nos interesa mirar al otro lado del charco ya sin ningún tipo de complejo de superioridad. Más bien al contrario.
Sin embargo ¿cómo se articula? El título de «puerta de Europa» no lo dan en ningún despacho ni academia. Hay que ganárselo y convertirlo en algo concreto. El análisis que en este sentido hace la alcaldesa de Cádiz, que se ha movido bastante por el subcontinente en los últimos meses, es que puede hacerse desde las ciudades. Seguro que ese trabajo puerta a puerta por las capitales americanas que Teófila Martínez ha venido realizando tendrá sus efectos, pero sería necesario plantearse un salto adelante, en un marco político general, nacional, internacional. Sería preciso que se tuviera en cuenta en el contexto de la redefinición de las relaciones diplomáticas entre Europa e Iberoamérica y que aquí quedara algo más que un recuerdo, un párrafo en los discursos o las dieta de viaje de los visitantes. Pensemos. Si una vez tuvimos la Casa de Contratación y el monopolio del comercio con las Indias, porque era útil, rentable, obvio, es preciso conseguir alguna relación, o varias, permanentes, que tengan vida propia, que no queden como centros de interpretación que luego nadie quiere mantener abiertos. Soñemos, es Navidad.
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