Entre 'sleevado', reparación de moldes y labor logística
JEREZActualizado:El escenario, tras décadas de una presencia industrial tan señera en la ciudad, ya no es el que fue. Es cierto que siguen las naves azules que caracterizan a la vieja fábrica de botellas, como sus tres chimeneas tan emblemáticas. Pero, habiendo dejado de funcionar hace un año el último de los tres hornos que tuvo, la labor de los 38 trabajadores que aún continúan es otra bien distinta.
El 'sleevado', que es el fundido en plástico de una envoltura especial para algunas botellas muy específicas -del tipo de la marca Malibú u otras de algunos conocidos ponches- se ha convertido en exótico sustitutorio de aquella producción de botellas jerezanas que poco después serían llenadas con los vinos del Marco.
Junto a ello, la reparación de moldes para las fábricas que aún realizan vidrio hueco (Alcalá de Guadaira, Zaragona, Azuqueca de Henares, Burgos y Tarragona) sigue dando trabajo en esta planta. También se efectúan otros trabajos de almacenaje y expediciones, logística en definitiva. No falta, pues, trabajo a la sombra de las viejas chimeneas. Afortunadamente.