Tanques surcoreanos K-1 disparan durante los ejercicios iniciados ayer a 30 kilómetros de la frontera con Pyongyang. :: AP
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Pyongyang alerta de una «guerra santa» contra Seúl

El régimen norcoreano asegura al comenzar las maniobras militares de Corea del Sur que está preparado para usar su poder de «disuasión nuclear»

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Justo cuando se cumple un mes del bombardeo norcoreano sobre la isla de Yeonpyeong, Pyongyang reiteró ayer que está preparado para una «guerra santa» con su poder de «disuasión nuclear» contra Corea del Sur. Las últimas amenazas del régimen de Kim Jong-Il tuvieron lugar el mismo día en que el Gobierno de Seúl dio comienzo a unas maniobras con fuego real cerca de la frontera que han disparado al máximo la tensión entre ambos enemigos históricos.

El ministro de las norcoreanas Fuerzas Armadas Populares, Kim Young-chun, aseguró a través de la agencia estatal KCNA que las fuerzas del país comunista están «totalmente preparadas» para lanzar en cualquier momento un ataque «de justicia» contra su vecino. Durante una ceremonia en Pyongyang, Kim acusó además a Corea del Sur de llevar «deliberadamente» la situación «al borde de la guerra» y advirtió de duras represalias si las Fuerzas Armadas violan un solo milímetro del territorio de Pyongyang.

A las advertencias del régimen del 'Querido Líder', Seúl respondió con una nueva demostración de fuerza. Durante algo menos de una hora, 800 soldados surcoreanos llevaron a cabo unas maniobras militares con fuego real en los montes de Pocheon, a sólo 30 kilómetros de la frontera con el Norte en el Paralelo 38. Durante los ejercicios, presenciados por centenares de invitados, cazas F-15K y KF-16, tanques K-1, helicópteros AH-1S y cañones autopropulsados de artillería K-9 probaron su puntería y demostraron su capacidad de respuesta ante un hipotético nuevo ataque de Corea del Norte.

«Destruir al enemigo»

«Podemos destruir al enemigo de un solo golpe paralizando su capacidad de combate con nuestra potencia de fuego y equipo de maniobras», se ufanó el general Joo Eun-sik, jefe de la I Brigada Armada. En otros ejercicios navales que se desarrollan hasta hoy en el Mar de Japón, el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, volvió a sacar a relucir la retórica belicista que ha adoptado su Gobierno tras el ataque de hace un mes.

El líder de Seúl no sólo amenazó con una reacción «sin piedad» si el Sur es bombardeado otra vez, sino que abogó por una política «más fuerte frente a las provocaciones del Norte para garantizar la paz». «Antes pensaba que podíamos obtener la paz si teníamos paciencia, pero no es el caso», reconoció el mandatario al legitimar el cambio de actitud con el régimen estalinista de Pyongyang. Criticado por su débil respuesta al ataque norcoreano, Lee ha reforzado la cúpula de su Estado Mayor con militares veteranos que han prometido venganza si el régimen estalinista de de Kim Jong-Il osa desafiarlos de nuevo.

Tras el bombardeo de la isla de Yeonpyeong, que dejó cuatro muertos y 17 heridos en uno de los sucesos más graves entre las Coreas desde la guerra de hace 60 años, el régimen pilotado por el 'Querido Líder', ha vuelto además a utilizar la diplomacia atómica. Pyongyang se muestra ahora dispuesto a permitir el regreso de los inspectores nucleares, expulsados el año pasado. Así lo comunicaron las autoridades estalinistas al gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, en su visita a la capital a principios de esta semana.