Fuera humos

El Congreso de los Diputados aprobó definitivamente el pasado martes la reforma de la normativa antitabaco que prohibirá fumar en los espacios públicos, sin excepciones ni cubículos reservados para fumadores como hasta ahora. A partir del próximo 2 de enero, no podrá fumarse en bares y restaurantes. Incluso quienes piensan, probablemente con razón, que el Estado debería ser más comedido a la hora de prohibir, habrán de reconocer el influjo muy dañino del tabaco. La única objeción con cierto fundamente que se opone al rigor de esta norma es la de los hosteleros, que temen que su negocio decaiga. La ministra Pajín ha reconocido que sus dudas son «legítimas» y que su incertidumbre es «comprensible» pero manifestó que «decir que los bares y restaurantes libres de humo se van a quedar vacíos es tanto como decir que ahora están llenos porque se puede fumar» y ha recordado que el 70% de la población no fuma. La experiencia mundial parece demostrar que este temor es infundado a medio plazo, por lo que todos saldremos ganando de esta apuesta por la salud.