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Los niños del Colegio de San Ildefonso Alfredo R. Grande y Marisel Carvajal muestran el número 75.913, agraciado con el tercer premio en el sorteo extraordinario de la lotería de Navidad, dotado con 500.000 euros por serie. / Efe
sorteo de lotería

Madrid se queda con el tercer premio del 75.913

Ha sido el que más se ha hecho esperar de los tres grandes

M. A. HERNÁNDEZ
MADRIDActualizado:

El tercer premio del sorteo más seguido del año ha sido, de los grandes, el que más se ha hecho esperar. El 75.913 llegaba a las 11.56 minutos eclipsado por el 'Gordo' que salió media hora antes. Dotado con 500.000 euros por serie, el número lo han cantado los niños Marisel Carvajal y Alfredo R. Grande. Se ha vendido íntegramente en Madrid, en la avenida Ciudad de Barcelona, 138.

Número de los 'bonitos', y de los seis que han empezado por siete. Una, sólo una, es la administración que lo ha vendido y su lotero no cabía en sí de gozo cuando se ha enterado. 25 años llevaba esperando este momento, el cuarto de siglo tiene a sus espaldas como dueño de esta oficina de loterías en Madrid. Juan Ángel González Peñaranda explicaba con emoción que ha repartido unas 195 series del premio 'más egoista' y menos viajero del día. Por no salir, no ha salido de la casa del lotero, que se quedó con un décimo. Parte de los 50.000 euros que le han tocado los dedirá a ese consabido "tapar algún agujero" que tanto se repite en días como hoy. También habrá algo para la hija mayor, en paro desde hace cinco meses.

Un lotero "fuera de órbita"

Al ritmo que han marcado los descorches de botellas y los sorbitos de cava, Juan Ángel y su esposa, Concha, han recibido multitud de felicitaciones de numerosos vecinos, muchos de ellos agraciados también con este 75.913 al que la administración estaba abonada. Un pequeño pellizco se ha ido para Hacienda porque sólo devolvió "una o dos series".

"Nervioso, encantado de la vida pero abrumado, absolutamente fuera de órbita", se confesaba Juan Ángel, que se sentía feliz y especialmente satisfecho por haber contribuido a distribuir el premio por todo el barrio porque son muchas las participaciones que se han vendido en un quiosco de prensa cercano y en los comedores para los empleados de Renfe (la estación de Atocha está a un paso de la adminsitración).

Tanto él como su esposa sonreían con sorna cuando se les preguntaba a qué iban a dedicar el dinero: "Hoy día, ¿qué se puede hacer con 50.000 euros?" "Tapar algún agujero que otro", insistía Juan Ángel, aunque también reconocía que intentará darse "alguna satisfacción". Concha no olvidaba la principal preocupación del matrimonio: una hija de 26 años que terminó hace cinco meses sus estudios de diseño y que todavía no ha encontrado trabajo.