Zapatero reabre la caja de los truenos de la sucesión socialista
El secretismo del presidente provoca estupefacción entre quienes pedían que anunciara ya si será o no candidato del PSOE
MADRID.Actualizado:José Luis Rodríguez Zapatero acabó el lunes de un plumazo, copa de cava en mano, con el esfuerzo de varios meses por enterrar hasta después de las elecciones municipales de mayo el debate sobre su sucesión. La confidencia de que ya ha tomado una decisión al respecto y que solo la conoce un miembro de la dirección socialista ha dejado desconcertado a un partido ya de por sí revuelto por las reformas económicas y temeroso frente los pésimos pronósticos electorales. La cúpula del PSOE no tuvo más remedio que lanzarse ayer en tromba a deshacer el entuerto.
No han sido pocos los que, en los últimos tiempos, han reclamado a Zapatero que deshoje de una vez por todas la margarita de su continuidad al frente del partido. El último en hacerlo fue el secretario general del PSM, Tomás Gómez, en el Comité Federal posterior a la remodelación del Gobierno, el pasado 23 de octubre. El núcleo duro del partido le tildó de extemporáneo. Aunque otros, como el manchego José María Barreda o el extremeño Guillermo Fernández Vara habían mostrado su preocupación por la incertidumbre que este asunto genera, aquel día callaron para no echar por tierra los efectos positivos de la crisis gubernamental que situó a Alfredo Pérez Rubalcaba como vicepresidente primero.
Hecho el esfuerzo de contención, el comentario de Zapatero en una charla informal con periodistas -durante la tradicional copa de Navidad en el Palacio de la Moncloa- ha provocado cierto malestar. «Digamos que no ha tenido mucha gracia», admiten fuentes próximas a uno de esos 'barones' críticos con el secretismo del jefe del Ejecutivo. Otros insisten en que, si ya sabe que se irá, debería anticiparlo para evitar que su desgaste pase factura a los presidentes autonómicos en los próximos comicios.
En Ferraz ponen pie en pared. Replican que aquellos que tratan de distanciarse y marcar perfil propio simplemente se aferran a excusas de mal pagador porque los electores cada vez son más capaces de diferenciar su voto en función del tipo de contienda electoral a la que se enfrentan. Es decir, niegan que los 'barones' vayan a sufrir en sus carnes un castigo dirigido al Gobierno central.
Líder indiscutible
Para evitar que vuelva a cundir el desconcierto, los representantes del oficialismo se apresuraron a asegurar que, en todo caso, Zapatero sigue siendo el «líder indiscutible» del PSOE. El vicesecretario general del partido, José Blanco, a quien algunos señalan como el guardián del secreto; el vicepresidente tercero del Gobierno, Manuel Chaves; la ex secretaria de Organización y ministra de Sanidad, Leire Pajín; o el portavoz parlamentario, José Antonio Alonso. Todos afirmaron trabajar por su candidatura en 2012 y todos defendieron su derecho a manejar los tiempos como considere oportuno.
Lo cierto es que, para un importante sector del PSOE, no es el momento más adecuado para remover esas aguas. Defienden que, hasta que lleguen las elecciones municipales, no cabe más que ponerse en «formación de tortuga», como las legiones romanas en los asedios. Solo después, hecho el recuento de daños, cabe tomar las decisiones oportunas. El problema es que, como admitió Blanco en RNE, Zapatero parece haber decidido ya al margen de los resultados de esa próxima batalla.
Mientras, los miedos continúan. El asunto de la sucesión fue carne de tertulias y conversaciones de pasillos, pero en la reunión semanal del grupo parlamentario de lo que se habló fue de pensiones. Como ya ocurriera en la ejecutiva del lunes, varias voces mostraron sus dudas hacia la reforma planteada por el Gobierno y varios diputados expresaron su disconformidad con la idea de fijar en los 67 años la edad de jubilación.