El Madrid se ensaña con el Levante

José Mourinho será lo que sea pero es indiscutible que sabe arengar a su tropa. Frío, lluvia, vísperas de Navidad, vacaciones a la vista, floja entrada en el Bernabéu, el modesto Levante como adversario, eliminatoria a doble partido… Eran muchas las circunstancias que permitían pensar en que el Madrid saldría con una marcha menos. Todo lo contrario. Se plantó de maravilla en el campo y completó un sobresaliente ejercicio de profesionalidad, carácter, calidad, ambición y pegada.

Ya se vio en la primera eliminatoria ante el Murcia que el Madrid se ha tomado muy en serio la Copa, quizá el camino más sencillo para llegar a un título, a un trofeo que se le niega desde 1993, a un galardón que ansía un ilustre como Iker Casillas. Para empezar, el técnico luso apostó por un equipo con mayoría de titulares y un centro del campo muy atractivo. Lass ocupó el lateral derecho en ausencia de Ramos, y Granero, con mucho más fútbol que Khedira, acompañó a Xabi Alonso en la creación. La actuación del ‘Pirata’ debería hacer dudar a ‘Mou’ de cara al futuro.

Igual que ocurrió el día del Auxerre, Benzema aprovechó esta cita menor para reivindicarse. ¡Y de qué forma! Estuvo en casi todas. Se ofreció, jugó, brindó dos asistencias a Ronaldo, firmó otro ‘triplete’, también falló alguna ocasión clamorosa, pero estuvo muy activo. Y eso ya es tener mucho ganado cuando la calidad es inherente al precio. Si al esfuerzo, la ambición y la técnica de los blancos se suma el desatino de los levantinos, valientes en el planteamiento pero horribles atrás, la goleada está garantizada.

La cómoda victoria se fraguó a los cinco minutos, merced a una vistosa bicicleta de Benzema que cerró con un tiro raso y seco. Poco después, Cristiano cometió a una faltita al defensor de esas que no se ven pero saben hacer los grandes delanteros, se llevó el balón, se internó, y regaló el segundo a Özil, un futbolista genial que todavía está por explotar en un duelo de los grandes.

La goleada era sólo cuestión de tiempo, de dejar pasar los minutos y esperar a que el Levante se descompusiera por completo. El 4-0 se fabricó antes del descanso, tras dos regalos navideños de Cerra y Ballesteros que los astros blancos supieron agradecer.

Meritorio comprobar que el Madrid no se marchó del partido en la reanudación. Siguió atento, rápido, vertiginoso, letal al contragolpe. Llegó el hat-trick del galo, tras un pase magnífico de Di María, un jugador que convenció a Mourinho desde el principio de curso aunque cuando llegó el portugués tenía dudas, y el querer no ser menos del insaciable Cristiano. ¡Menos mal que Ronaldo era duda por una amigdalitis! Puestos a criticar, tardó ‘Mou’ en dar minutos al canterano Morata, que estuvo a punto de marcar. Ya dijo que la cantera no le ofrece garantías para el presente. Visto lo visto, queda claro que todo el presupuesto del Levante es la mitad de lo que cobra Cristiano. Lo extraño es que en Liga empatasen sin goles.